El cambio climático tiene efectos no solamente en la salud física de las personas, sino también en la mental. Así lo establece un estudio presentado este martes día 4 en el Hospital Clinic. Investigadores del Clínic Barcelona-IDIBAPS han reanalizado todos los metaanálisis realizados a nivel mundial sobre los efectos del ...
El cambio climático tiene efectos no solamente en la salud física de las personas, sino también en la mental. Así lo establece un estudio presentado este martes día 4 en el Hospital Clinic. Investigadores del Clínic Barcelona-IDIBAPS han reanalizado todos los metaanálisis realizados a nivel mundial sobre los efectos del cambio climático y la contaminación atmosférica sobre la salud mental y han encontrado asociaciones entre el aumento de temperatura y el incremento de mortalidad por suicidio o trastornos mentales.
Aunque todavía quedan muchos estudios específicos sobre el tema, los expertos han destacado que hasta ahora no se había realizado un análisis completo de la evidencia existente entre el incremento de la temperatura y el aumento de suicidios.
El calentamiento global provoca un 5% de casos de suicidios
El metaanálisis, publicado en la revista World Psychiatry, ha estimado que el calentamiento global puede haber hecho aumentar un 5% de casos de suicidios y "se prevé que este aumento llegue al 7% de cara a 2050. También se ha visto un incremento de comportamientos suicidas e ingresos en hospitales por este problema", según Joaquim Raduà, jefe del grupo en Imagen de los trastornos relacionados con el estado de ánimo y la ansiedad (IMARD) del IDIBAPS y primer autor de la revisión.
Una vez analizados 285 estudios de todo el mundo, y sin causa-efecto directa, "encontramos algunas asociaciones robustas entre la exposición a ciertos contaminantes atmosféricos con el riesgo de demencia y el aumento de calor con el incremento de suicidios, es decir, cada vez que hay un aumento de temperatura hay aumento de suicidios. Ahora bien es algo que debemos estudiar más para poder prevenir y actuar de forma más contundente". Hay muchos estudios que lo afirman y se repite el patrón, según los investigadores.
Por su parte, Eduard Vieta, jefe del Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic de Barcelona y del grupo de investigación en trastornos bipolares y depresivos del IDIBAPS, ha expuesto que todo ello tiene que ver con el estilo de vida actual, "vivimos más años, pero el estilo de vida no es bueno ni para la salud mental ni para la metabólica".
Según Vieta, esta relación se basa en una asociación robusta pero hay que diferenciarlo de que esto sea realmente la causa. "Hay más suicidios porque la gente está mal, pero parece haber un malestar emocional cuando suben las temperaturas y la persona ya padece estrés emocional".
"No es una correlación de años; la salud mental es algo multifactorial, en situaciones de estrés térmico general hay un aumento de cortisol que genera una inestabilidad emocional que hace aumentar tasas de suicidio", según Vieta.
En realidad, esto también sucede, según expertos, en temperaturas frías, es decir, extremas, pero no hay estudios sobre ello y es más evidente cuando hay picos de calor. "La clave está en tomar medidas globales y también más micro e intentar y ser conscientes de que cuando hay picos de temperatura puede pasar, por lo que debemos facilitar una prevención".
Los investigadores ya se han planteado hacer más estudios otros grupos de investigación internacional. "Estamos creando programas de interacción sobre este tema", en palabras de Michela Bertrero, directora de estrategia del IDIBAPS durante esta presentación.
Según el doctor Vieta, el cambio climático no se está frenando pero el suicidio se puede prevenir, si bien las cifras han ido aumentando un 3% cada año en muertes por esta enfermedad. "Se están haciendo cosas como información de teléfonos donde se puede llamar, otros países han conseguido reducir el número de suicidios, así que podemos hacerlo".
Exposición a largo plazo a disolventes
En este estudio también equipo también se ha dado a conocer que la exposición a largo plazo a disolventes está relacionada con una mayor incidencia de casos de demencia o deterioro cognitivo.
La exposición a niveles elevados de productos como el tolueno (utilizado en pinturas, esmaltes, barnices y adhesivos, entre otros) aumenta la probabilidad de desarrollar uno de estos trastornos.
A estos efectos, la polución, según Josefina Castro, directora del Institut Clínic Neurociencias, también afecta al cerebro, "no sólo en las enfermedades respiratorias, incide en la demencia y en enfermedades mentales".
A su vez, se ha indicado que al exponerse durante el segundo trimestre del embarazo a partículas contaminantes (que pueden contener una variedad de sustancias como benzopirenos, furanos o metales pesados) provenientes de combustibles fósiles y actividades industriales, puede incrementar la incidencia de depresión postparto.
Y que la exposición a altos niveles de dióxido de azufre (proveniente de la combustión de petróleo y otros combustibles sólidos en la industria) puede incrementar el riesgo de recaída en pacientes con esquizofrenia.