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La AP: clave en el diagnóstico de la deficiencia de vitamina D  

Entre las terapias para tratar el déficit de vitamina D, el colecalciferol y el calcifediol se presentan como eficaces y seguras. En este contexto, los médicos de AP no solo cumplen una función esencial en la detección de esta carencia, sino también en explicar a los pacientes la importancia de la continuación de los tratamientos.   

06/06/2024

España es uno de los países con mayor cantidad de horas de sol al año. Sin embargo, existen varios factores que pueden impedir la síntesis cutánea de vitamina D entre la población. Entre estos, se incluyen el sedentarismo, la limitada exposición al sol, el uso de protectores solares y la ...

España es uno de los países con mayor cantidad de horas de sol al año. Sin embargo, existen varios factores que pueden impedir la síntesis cutánea de vitamina D entre la población. Entre estos, se incluyen el sedentarismo, la limitada exposición al sol, el uso de protectores solares y la ubicación geográfica del país, por encima del paralelo 35 N. Además, el uso de determinadas terapias o algunas condiciones de salud concretas pueden comprometer los niveles óptimos de vitamina D en ciertos pacientes. En este contexto, los médicos de familia desempeñan un papel fundamental en la realización del cribado de este déficit en las personas de riesgo.

La deficiencia de vitamina D (que, en realidad, es una hormona) es muy común en la población y ha sido descrita en niños, jóvenes, adultos, mujeres postmenopáusicas y ancianos. Más allá de la osteoporosis, osteomalacia, raquitismo y otras enfermedades relacionadas con el metabolismo del calcio y el fósforo, estudios recientes han identificado nuevos procesos patológicos que podrían estar vinculados a la falta de vitamina D, como la desregulación del sistema inmunológico, el deterioro cognitivo y la desregulación de la proliferación y diferenciación celular. Tal y como explica la Dra. Teresa Benedito, médico de Atención Primaria del Centro de Salud de Roquetas Norte en Almería, estas funciones son conocidas como las acciones no clásicas de la vitamina D. 

A pesar de que el cribado universal no está recomendado y solo debe realizarse en grupos de riesgo, hay una extensa evidencia sobre el posible papel del sistema endocrino de la vitamina D en patologías diversas que, en muchos casos, son abordadas en primer lugar por el médico de Atención Primaria. "Por esta razón, el papel del médico de familia es crucial para diagnosticar y tratar este déficit. La Atención Primaria representa la primera línea de contacto de los pacientes con el sistema sanitario, por lo que es de gran importancia que este cribado del déficit de vitamina D lo realicemos desde nuestras consultas", advierte la Dra. Benedito.

Además, "condiciones como la obesidad, la malabsorción intestinal, o la insuficiencia hepática, entre otras también contribuyen a la presencia de niveles insuficientes de vitamina D. Además, ciertas terapias farmacológicas, como los glucocorticoides, anticonvulsivantes o los antirretrovirales, entre otros, aumentan el catabolismo de la vitamina D, favoreciendo también estados de hipovitaminosis D", añade la experta.

 

Cómo reducir la hipovitaminosis D 

La vitamina D tiene un doble origen: la síntesis cutánea (80-90%) y la dieta (10-20%), pero existen diferentes factores que dificultan la capacidad de mantener los niveles óptimos. "Se recomienda en población caucásica una exposición solar diaria de 15 minutos en cara y brazos entre los meses de marzo y octubre, con factor de protección entre 15 y 30, según la latitud y la intensidad de la radiación. En población anciana y pacientes con osteoporosis, la exposición debe ser de 30 minutos", indica la Dra. Benedito. Por el contrario: "plantearnos obtener la vitamina D necesaria de la dieta no es efectivo. Desafortunadamente existen muy pocos alimentos que contienen esta hormona y los que la contienen, al no ser de consumo habitual, no aportan la cantidad suficiente como para alcanzar la ingesta diaria recomendada en población adulta, que se sitúa en unos 800 UI/día de vitamina D", añade la doctora.

En palabras de la especialista, el colecalciferol y el calcifediol se presentan como terapias eficaces y seguras para la prevención y tratamiento del déficit de vitamina D. En cuanto a la elección de uno u otro, la Dra. Benedito puntualiza que se debe valorar la dosis y tipo de metabolito requerido en función de los niveles basales de 25(OH)D, patología asociada y características del individuo: "En pacientes con hepatopatía crónica, tratamiento con fármacos que compiten con la síntesis de 25(OH)D o que presenten una deficiencia severa y precisen una reposición rápida puede ser preferible el tratamiento con calcifediol. Por otro lado, se recomienda suplementar con calcitriol y alfacalcidol a poblaciones con patologías especiales"

La especialista pone también de relevancia la necesidad de mantener a largo plazo la suplementación con vitamina D "cuando existe un déficit crónico de vitamina D, debido a factores de riesgo o a enfermedades que puedan favorecer el déficit, y que no se puedan revertir, es necesario que la suplementación sea indefinida, ya que, si se suspende el tratamiento, los niveles de 25(OH)D vuelven a descender"

En este sentido, la doctora subraya el papel fundamental que juega el profesional de Atención Primaria para ayudar en el diagnóstico y la adherencia terapéutica de los pacientes. "Debemos favorecer la relación médico-paciente para mejorar la adherencia a los tratamientos. Los médicos de las diferentes especialidades debemos de explicar a nuestros pacientes  la importancia de continuar con  este tratamiento al igual que hacemos en otras patologías como la diabetes o el hipotiroidismo…", ultima la Dra. Benedito.

 

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