La terapia con taurolactona mejora la prognosis en el carcinoma hepatocelular
Los múltiples efectos antiangiogéncos del compuesto se asocian a mejor supervivencia, según datos de un nuevo ensayo clínico.
Científicos de la Universidad Politécnica de Hubei han demostrado que el tratamiento diario con taurolactona durante 6 semanas reduce los niveles circulantes de los mediadores angiogénicos VEGF, PDGF, AGGF1 y angiopoyetina, en pacientes con carcinoma hepatocelular. En comparación con el grupo tratado con quimioterapia e isoglicirrizinato, los tumores de los ...
Científicos de la Universidad Politécnica de Hubei han demostrado que el tratamiento diario con taurolactona durante 6 semanas reduce los niveles circulantes de los mediadores angiogénicos VEGF, PDGF, AGGF1 y angiopoyetina, en pacientes con carcinoma hepatocelular. En comparación con el grupo tratado con quimioterapia e isoglicirrizinato, los tumores de los pacientes tratados con taurolactona exhibieron una disminución del grado de perfusión y de la densidad capilar. Estos efectos se asociaron a una mayor supervivencia global y libre de progresión, según afirma Qun Liang, director del estudio.
El investigador prosigue indicando que la terapia antiangiogénica es un pilar fundamental en la lucha contra el cáncer, por su capacidad de limitar el suministro de nutrientes al tumor. Los tumores más vascularizados son los más difíciles de tratar, lo que impone la necesidad de identificar nuevos compuestos con capacidad de causar disrupción de la angiogénesis, señala Liang . Estudios previos ya habían demostrado que la taurina, un compuesto orgánico que contiene azufre, exhibe esta y otras actividades antitumorales en diversos modelos, promoviendo la activación de los macrófagos e inhibiendo la proliferación de las células malignas.
Liang subraya el impacto de la taurolactona sobre la densidad capilar en el actual ensayo, indicando que la reducción de este parámetro se asocia al deterioro del tumor y a restricción del crecimiento, lo que puede ocasionar apoptosis, o muerte celular programada. Como consecuencia, el potencial invasivo del tumor se vería reducido, teoriza el científico. En su conjunto, los hallazgos ofrecen una robusta justificación para continuar explorando este potencial tratamiento en el carcinoma hepatocelular, concluye el investigador.
