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Luces y sombras con la terapia celular intratecal en la esclerosis múltiple

Los resultados del primer ensayo clínico de su clase indican que el tratamiento ofrece mayor beneficio en algunos subgrupos de pacientes con enfermedad progresiva.

17/06/2024

Científicos de diversos centros estadounidenses han llevado a cabo un ensayo de fase II, en el que demuestran el beneficio de la terapia con progenitores neurales en las formas primaria y secundaria de la esclerosis múltiple progresiva. Aunque el estudio no alcanzó su objetivo primario en el ámbito de la ...

Científicos de diversos centros estadounidenses han llevado a cabo un ensayo de fase II, en el que demuestran el beneficio de la terapia con progenitores neurales en las formas primaria y secundaria de la esclerosis múltiple progresiva. Aunque el estudio no alcanzó su objetivo primario en el ámbito de la discapacidad, el análisis por subgrupos reveló beneficio en pacientes que al inicio requerían ayuda para deambular. En estos pacientes se registraron incrementos en la distancia recorrida en 6 minutos y reducciones en el tiempo necesario para recorrer 7.5 metros.

Adicionalmente, las tres cuartas de los pacientes que al inicio presentaban disfunción neurogénica de la vejiga urinaria experimentaron mejoras, con una significativa reducción del volumen residual después del vaciado. Saud Sadiq, investigador del Tisch Multiple Sclerosis Research Center y director del estudio, afirma que esta última observación es consistente con los resultados del ensayo previo de fase I, en el que el 50% de los pacientes experimentó esta mejora. El científico prosigue indicando que la población celular utilizada como terapia deriva de células mesenquimales de la médula ósea de los propios pacientes, distinguiéndose por su abundante expresión de genes neurales y reducida capacidad de diferenciación hacia células mesodérmicas.

Estos progenitores neurales, señala Sadiq, exhiben muchas de las propiedades tróficas e inmunomoduladoras de las células de las que derivan, incluyendo la supresión de la activación de la microglía, que de otro modo se asocia a neuroinflamación. El investigador concluye indicando que, a lo largo de los dos años del estudio, se registraron ocho efectos adversos serios, de los cuales uno fue atribuible a la intervención, si bien no hubo hospitalizaciones ni fatalidades.

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