Tras una década de investigaciones sobre el impacto de diferentes patrones dietéticos en la diabetes tipo 2 en la Universidad de Michigan (EEUU) se ha podido constatar que tanto un plan de alimentación líquido y bajo en calorías, como una dieta cetogénica muy baja en carbohidratos, pueden inducir la remisión o ...
Tras una década de investigaciones sobre el impacto de diferentes patrones dietéticos en la diabetes tipo 2 en la Universidad de Michigan (EEUU) se ha podido constatar que tanto un plan de alimentación líquido y bajo en calorías, como una dieta cetogénica muy baja en carbohidratos, pueden inducir la remisión o reversión de esta enfermedad, reduciendo o eliminando la necesidad de medicamentos.
La profesora asociada de la Escuela de Enfermería de dicha Universidad, Laura Saslow, ha observado que tanto un plan de alimentación líquido y bajo en calorías, como una dieta cetogénica muy baja en carbohidratos, pueden inducir la remisión o reversión de esta enfermedad, reduciendo o eliminando la necesidad de tratamiento farmacológico.
La diabetes tipo 2 surge debido a dos problemas principales: las células desarrollan resistencia a la insulina, impidiendo la absorción adecuada de azúcar, y el páncreas no produce suficiente insulina para mantener niveles normales de azúcar en la sangre. La insulina, una hormona del páncreas, gestiona el azúcar en la sangre promoviendo su absorción en las células. Cuando este sistema falla, se produce una hiperglucemia crónica, aumentando el riesgo de daño vascular y otras complicaciones.
Seguir una dieta cetogénica significa ingerir muy pocos carbohidratos, aproximadamente entre 20 y 35 gramos sin fibra diarios, para alcanzar un estado conocido como ´cetosis´, que empuja al organismo a cambiar su principal fuente de energía de la glucosa a las grasas. Esto ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre al reducir la cantidad de carbohidratos que causan picos de azúcar en sangre.
En el ensayo clínico de remisión de la diabetes, alrededor de 300 personas en el Reino Unido se incluyeron en un grupo de control o en otro para mantener una dieta líquida muy baja en calorías (alrededor de 850 calorías) durante aproximadamente 3 meses. El grupo bajo en calorías dejó de tomar medicamentos para la diabetes y la presión arterial alta al principio, y después de unos tres meses reintrodujeron lentamente la alimentación regular y recibieron ayuda para mantener la pérdida de peso. Después de un año, el 46% de las personas del grupo bajo en calorías entraron en remisión, y después de dos años, el 36% todavía estaba en remisión. Sólo entre el 2% y el 4% de las personas del grupo de control lograron que sus niveles de azúcar en sangre estuvieran por debajo del rango de diabetes durante al menos tres meses sin usar ningún medicamento.
Base de la dieta cetogénica
La dieta cetogénica se sustenta en alimentos bajos en carbohidratos y ricos en grasas como carne de vaca, cerdo, pollo, pescado y mariscos; quesos ricos en grasas; y verduras bajas en carbohidratos como aguacate, espinacas, berenjenas, pepino, calabacín, pimientos verdes, brócoli y coliflor. También se evitan ciertos alimentos como los cereales, los azúcares y la mayoría de las frutas, para mantener niveles de azúcar en sangre estables y más bajos.
Otro estudio paralelo de la Universidad de Indiana (EEUU), al que hizo referencia la prof. Saslow, mostró una gran caída en el uso de medicamentos entre las personas que siguen la dieta cetogénica. Alrededor del 60% de quienes usaban insulina dejaron de necesitarla por completo. El uso de medicamentos disminuyó considerablemente en el grupo ceto, a diferencia del grupo de control, donde se mantuvo igual o aumentó. En general, el 47% de las personas que siguieron la dieta cetogénica lograron la remisión o la reversión después de un año y el 38% después de dos años. En el grupo de control, entre el 7 y el 10 % de las personas lograron la remisión o la reversión después de ese período.
Otros enfoques dietéticos, como el monitoreo continuo de glucosa combinado con asesoramiento, también muestran promesas. Un estudio en India indicó que el 63% de los participantes que usaron este método lograron la remisión después de un año, en contraste con ninguno en el grupo de control.