El grupo de investigación Alimentación, Nutrición, Desarrollo y Salud Mental (ANUT-DSM) de la Universitat Rovira i Virgili empieza un proyecto que tiene por objetivo identificar en sangre diferentes proteínas que pueden predecir el deterioro cognitivo y estudiar el papel de la dieta y el estilo de vida en su modulación. ...
El grupo de investigación Alimentación, Nutrición, Desarrollo y Salud Mental (ANUT-DSM) de la Universitat Rovira i Virgili empieza un proyecto que tiene por objetivo identificar en sangre diferentes proteínas que pueden predecir el deterioro cognitivo y estudiar el papel de la dieta y el estilo de vida en su modulación. Este estudio, financiado por un programa europeo y dos de estatales y que tiene una duración de tres años, ha de ayudar a detectar enfermedades como por ejemplo la de Alzheimer en estadios tempranos y aportar evidencias científicas para diseñar estrategias de prevención y tratamiento.
En los últimos años, la comunidad científica internacional ha dedicado esfuerzos en aislar posibles marcadores biológicos que ayuden a predecir la aparición de demencia en etapas iniciales de estas enfermedades. Actualmente, se dispone de alguno de estos biomarcadores, pero para su obtención se tienen que utilizar técnicas invasivas como la punción lumbar, que no está exenta de riesgos para la persona.
Los investigadores del proyecto, a partir de muestras biológicas disponibles de voluntarios del amplio estudio PREDIMED-Plus a los cuales se los ha evaluado entre otros el estado cognitivo a largo plazo, intentarán identificar en sangre diferentes proteínas relacionadas con la cognición y la neurodegeneración. Esto permitirá conocer aquellas proteínas que de manera temprana se asocian a un peor deterioro cognitivo con el tiempo.
Al mismo tiempo los investigadores intentarán evaluar si la dieta, la actividad física o la pérdida de peso pueden modular el nivel de estas proteínas, cosa que ayudará a entender como los cambios en el estilo de vida pueden retrasar este deterioro cognitivo en personas mayores. Por último, los resultados obtenidos se validarán en otra cohorte de participantes sanos o con demencia.
Un problema en aumento
El 2020 se estimó que alrededor de 55 millones de personas en el mundo sufrían algún tipo de demencia, y se espera que este número continúe en aumento en paralelo al incremento de la esperanza de vida. La enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia, caracterizada por una disminución del funcionamiento cognitivo (pensamiento, memoria y razonamiento) y de las habilidades conductuales. Además de tener importantes implicaciones económicas tanto para el individuo como para la sociedad, su aparición y progresión limita las actividades de la vida diaria, deteriora la calidad de vida y aumenta el riesgo de otras patologías. Por lo tanto, hay una necesidad urgente de desarrollar estrategias preventivas y de tratamiento.
En este sentido, el objetivo final de este ambicioso estudio no solo ayudará a detectar en estadios tempranos aquellas personas con riesgo de deterioro cognitivo, sino que aportará evidencia científica para diseñar estrategias de prevención y tratamiento de esta condición.
El proyecto ha recibido 250.000 euros de financiación gracias a la subvención del Instituto Carlos III, al proyecto-beca de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, y al proyecto europeo PRIME. Está liderado por los investigadores del grupo ANUT-DSM de la URV y el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili Jordi Salas-Salvadó e Indira Paz-Graniiel, que también lo es de la Red CIBERobn. El resto del equipo lo forman Nancy Babio, Jesús García-Gavilan y Alessandro Atzeni, con la colaboración de investigadores del Hospital Universitario de Sant Joan y el Instituto Pere Mata de Reus, así como diferentes investigadores predoctorales, como es el caso de Hernando Margara, que realizará su tesis sobre este tema.