Este 24 de junio, en la ciudad de Roma, ha tenido lugar la presentación del STADA Health Report, una encuesta representativa de 23 países europeos y 46.000 personas, donde se han revelado los datos de percepción de los habitantes europeos sobre los sistemas de salud. La cifra a nivel global de satisfacción baja 18 puntos y se sitúa en un 56%, lo que representa una caída histórica que urge tomar medidas de revisión como incentivar el ejercicio regular, una dieta saludable o la realización de actividades que apoyen el bienestar mental. Los países que han presentado un mayor descenso han sido Reino Unido, pasando de un 85% en 2020 a un 56% en 2024, y Alemania, de un 80% en 2020 a un 64% en la actualidad.

No obstante, esta situación no se repite en los datos de España, que mantiene sus niveles de satisfacción con respecto a años anteriores en un 71%, siendo el sexto país con mejores números solo por detrás de Bélgica (85%), Suiza (81%), Países Bajos (77%), Dinamarca (75%) y Austria (72%). Entre los aspectos más valorados a nivel nacional están el acceso al consejo del médico y farmacéutico (55%), el acceso a la medicación (49%) y a los servicios de salud preventiva (47%).

En contraposición, el 72% de los ciudadanos de Hungría, país que se estrena como participante en este estudio, consideran insuficiente el sistema de salud, seguidos por Kazajistán (67%) y Serbia (65%). El acceso a citas médicas, la calidad de los servicios de atención sanitaria, la escasez de personal y la desconfianza en los responsables políticos del sector de la salud son algunas de las cuestiones más destacadas que explican estos niveles de insatisfacción. "A través del STADA Health Report 2024, la población europea ha manifestado una vez más su opinión: la satisfacción con la atención sanitaria ha disminuido por cuarto año consecutivo, una tendencia alarmante que nosotros, junto con los responsables políticos, reguladores, médicos y farmacéuticos, necesitamos comprender, abordar y revertir", ha afirmado el CEO de STADA, Peter Goldschmidt.

En relación con la salud mental, también desciende en Europa este porcentaje en dos puntos, pasando del 63% al 65% los que la caracterizan como buena o muy buena. Sin embargo, España mejora su percepción de salud mental y se sitúa en un 62%, un punto por encima del año anterior. Esta situación va de la mano con las medidas que está tomando la población para cuidar de su propia salud, ya que el 89% de los españoles afirma estar realizando al menos una acción para mejorar su bienestar. El 62% muestra más actividades físicas que el promedio europeo. De la misma forma, el 31% de los europeos y un 39% de los españoles consideran el tiempo pasado con sus amigos y seres queridos como una inversión en su bienestar general.

Los jóvenes europeos más felices, pero con las tasas de soledad más altas

Una de las principales cuestiones extraídas del estudio ha sido la relación entre felicidad y soledad. La managing director de Human 8, Magali Greens, afirma que actualmente "muchas personas luchan contra la soledad o los problemas de agotamiento debido al estrés. Esto es un dilema para nuestra sociedad en general". Los datos evidencian que el nivel de felicidad disminuye con la edad. El 72% de los europeos entre 18 y 34 años se identifican como felices, mientras que ante la misma cuestión solo el 65% de personas mayores de 55 contestan de forma positiva.

No obstante, esto se revierte en la percepción de soledad, ya que los jóvenes experimentan más este sentimiento (63%) frente a los mayores de 55 (41%). Algunas de las razones que se han asociado a este suceso son la vida laboral que restringe el contacto social de las personas jóvenes y el teletrabajo. Según las respuestas, un 43% de este grupo de la población valora que una mejor situación económica podría ayudar a aliviar esta sensación, así como el 46% opina que un balance entre la vida social y laboral podría ser la solución. "Los jóvenes están llenos de esperanza porque tienen todas las oportunidades delante de ellos. Sin embargo, siguen siendo una generación muy solitaria debido a que el COVID ha privado socialmente a esta generación. También tienen un papel importante el uso de los dispositivos y la adicción al móvil. Para ellos es difícil mantener nuevas interacciones. Han perdido habilidades de comunicación social. Somos conscientes de las barreras a las que se enfrentan los jóvenes y estaremos pendientes en el próximo STADA Health Report", ha explicado Greens en respuesta a este contraste de datos.

La confianza en la medicina convencional

Pese a que la insatisfacción con la atención sanitaria en Europa, la confianza en la medicina ha aumentado debido a los consejos de los profesionales de la salud, muy valorados por el 48% de los europeos y por el 52% de los españoles, así como la evidencia científica que avala la medicina, valorada por el 50% de los españoles, y el control y la regulación de las administraciones que aseguran la calidad (49%). Asimismo, casi 7 de cada 10 europeos afirman confiar en la medicina convencional "en gran medida" o "totalmente", un aumento de 7 puntos porcentuales en comparación con 2022. Finlandia (84%) y España (82%) son sus mayores defensores. Estos niveles están además muy por encima de la confianza depositada en los consejos de la IA (12%) o Google & Co (16%).

Por otra parte, analizando la perspectiva de género, los hombres europeos (73%) son más propensos a confiar en la medicina convencional que las mujeres (65%). "La salud de las mujeres se ha descuidado durante años. El sesgo de género resulta un problema importante. En general, las peticiones de las mujeres suelen estar dirigidas a mejorar la empatía y la comunicación", ha argumentado Magali Greens. En general, la población considera que aún existe un margen de crecimiento en la confianza en la medicina a través de una atención más detallada en el cuidado del paciente y sus necesidades (46%), una comunicación más cercana durante las consultas (42%) o un aproximación holística que considere tanto la salud física como la mental (40%).