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Estudian la relación entre la obesidad y el déficit de vitamina D

La deficiencia de vitamina D es hasta un 35% más prevalente en personas con obesidad. Los expertos valoran que estos pacientes pueden precisar de dosis dobles o triples de suplementación.

25/06/2024

La vitamina D y la obesidad guardan una relación directa, algo que cada vez queda más reforzado por la evidencia clínica. En este sentido, distintos estudios apuntan a que los pacientes con obesidad tienen mayor prevalencia de estados carenciales de vitamina D  y que el déficit de esta vitamina se ...

La vitamina D y la obesidad guardan una relación directa, algo que cada vez queda más reforzado por la evidencia clínica. En este sentido, distintos estudios apuntan a que los pacientes con obesidad tienen mayor prevalencia de estados carenciales de vitamina D  y que el déficit de esta vitamina se podría asociar a un aumento en el riesgo de desarrollar esta enfermedad metabólica. 

En España, en población adulta, algo más de la mitad presenta exceso de peso y casi una de cada cinco personas tiene obesidad. Entre la población infantil y adolescente, un tercio tiene exceso de peso, y uno de cada diez menores y adolescentes presenta obesidad. Por otra parte, la deficiencia de vitamina D afecta aproximadamente al 50% de la población y ha sido descrita en todas las edades, afectando a mujeres, especialmente a mujeres embarazadas, posmenopáusicas y adultos mayores. 

"La obesidad es una enfermedad metabólica cada vez más prevalente que se asocia a múltiples complicaciones. Por su parte, la deficiencia de vitamina D, que obedece a diversas causas, se asocia a su vez con multitud de enfermedades, además de la patología ósea, que incluyen patologías de base alérgica o inmunológica, metabólicas, neuropsiquiátricas, así como un mayor riesgo de infecciones. En los últimos años se han publicado numerosos estudios que han puesto en evidencia que existe una relación entre la obesidad y la deficiencia de vitamina D. En concreto, la prevalencia de deficiencia de vitamina D es un 35% mayor en los pacientes con obesidad y un 24% mayor en los pacientes con sobrepeso con respecto a las personas con normopeso. Se ha observado también una relación entre el déficit de vitamina D y el porcentaje de grasa corporal, tanto en varones como en mujeres, y en todos los grupos de edad. Del mismo modo, existe una relación entre la obesidad y la expresión de algunos genes que intervienen en el metabolismo de la vitamina D: los niveles plasmáticos de los distintos metabolitos de la vitamina D son más bajos en las personas con obesidad y estos niveles se relacionan con índices de adiposidad. Algunos estudios han observado que los niveles descendidos de vitamina D predicen una mayor ganancia de peso", explica la Dra. Irene Bretón, médico especialista en el servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.

Posibles causas que expliquen la relación entre obesidad y déficit de vitamina D

Son varias las hipótesis que podrían explicar los posibles mecanismos por los que en el estado de obesidad aparecen alteraciones en el sistema endocrino de la vitamina D. La más plausible para los investigadores podría ser el secuestro de la vitamina D en el tejido adiposo, siendo otra hipótesis la mayor dilución volumétrica en estos pacientes.

Otros autores opinan que las personas que presentan un mayor peso realizan menos actividades al aire libre que los individuos con menos peso, y que además se cubren con mayor cantidad de ropa, por lo que tienen una exposición más reducida a la radiación solar que limita la producción endógena de colecalciferol en la piel.

La importancia del abordaje precoz del déficit de vitamina D en el paciente con síndrome metabólico

Hay evidencia de que la hipovitaminosis D en pacientes con obesidad se podría comportar ya desde la edad juvenil como factor de riesgo para desarrollar resistencia a la insulina y diabetes tipo 2.

Según los expertos, con la mejora de las concentraciones plasmáticas de 25-hidroxivitamina D en el paciente que tiene obesidad, se podría ayudar a aliviar la carga de la resistencia a la insulina; y, dada la dificultad de reducir el peso en un gran número de pacientes con obesidad, suplementar con vitamina D sería una forma práctica y económica de intentar reducir el riesgo de la diabetes, tal y como se intuye en los resultados de algunos metaanálisis.

La Dra. Bretón señala que "las personas con obesidad, además de tener un mayor riesgo de presentar unos niveles plasmáticos descendidos de vitamina D, responden peor a la suplementación. Los niveles que se alcanzan tras la suplementación son más bajos en pacientes con obesidad, en comparación con pacientes normopeso. El efecto de la pérdida de peso sobre los niveles de vitamina D no está bien definido. Algunos estudios han observado que la pérdida de peso, por sí misma, no es suficiente para aumentar de manera clínicamente significativa los niveles de vitamina D en las personas con obesidad"

Aumento de dosis en la suplementación de pacientes con obesidad

Distintos especialistas corroboran que para diagnosticar un déficit y monitorizar el impacto del tratamiento, el mejor indicador de los depósitos totales de vitamina D en el organismo de que disponemos es la 25-hidroxivitamina en suero:

Deficiencia: niveles por debajo de 20 ng/ml.

Insuficiencia: niveles entre 20 y 30 ng/ml.

Niveles suficientes: por encima de 30 (hasta 50) ng/ml.

Las guías de la Sociedad Americana de Endocrinología establecen que los adultos entre 19 y 70 años requieren al menos 600 UI/día de vitamina D; sin embargo, para incrementar los niveles de 25-hidroxivitamina D consistentemente por encima de 30 ng/ml, pueden necesitarse de 2.000 hasta 4.000 UI/día de vitamina D en caso de una deficiencia importante.

Los clínicos señalan que en personas con obesidad se pueden precisar dosis dobles o triples de suplementación con vitamina D, dado que la respuesta obtenida en los niveles plasmáticos de 25-hidroxivitamina D está directamente relacionada con el grado de sobrepeso/obesidad. 

"La Sociedad Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral (SEIOMM) establece que tanto calcifediol como colecalciferol son formas eficaces y seguras para la prevención y tratamiento del déficit de vitamina D en todas las poblaciones. Así mismo, indica que los pacientes con obesidad, con síndromes de malabsorción, cirugía bariátrica o tratados con fármacos que afectan al metabolismo de la vitamina D pueden requerir dosis 2‐3 veces superiores a las habituales (3.000‐6.000 UI/día de colecalciferol), siendo preferible en estos casos la administración de calcifediol. Este ejerce un efecto más rápido y predecible sobre los niveles de vitamina D y no requiere metabolismo hepático. A este respecto, se ha observado que la hidroxilación hepática podría estar disminuida en las personas con obesidad",  indica la Dra. Bretón.

 

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