La vitamina B6 es un ingrediente importante para el metabolismo cerebral. Por ello, se sabe desde hace décadas que  en diversas enfermedades mentales, un nivel bajo de vitamina B6 se asocia con deterioro de la memoria y de la capacidad de aprendizaje, con un estado de ánimo depresivo e incluso con una auténtica depresión, más frecuente en personas mayores.

Si bien, en la actualidad, todavía no está del todo claro el papel exacto de la vitamina B6 en relación a las enfermedades mentales, sí hay mayor evidencia de que un aumento de la ingesta de vitamina B6 por sí sola, en forma de suplementos dietéticos, no es suficiente para prevenir o tratar los trastornos de la función cerebral.

Recientemente, un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina de Würzburg (Alemania) ha encontrado una forma más eficaz de reponer los niveles de vitamina B6 en las células, mediante la inhibición específica de su degradación intracelular.

"En estudios anteriores ya habíamos demostrado que la desactivación genética de la enzima piridoxal fosfatasa, que degrada la vitamina B6, en ratones mejora la capacidad de aprendizaje espacial y de memoria de los animales", explica Antje Gohla, catedrática de Farmacología Bioquímica del Departamento de Farmacología y Toxicología de la Universidad Julius-Maximilians de Würzburg (JMU).

Sustancia natural inhibidora

Ahora, los investigadores han identificado una sustancia natural que puede inhibir la piridoxal fosfatasa y, por tanto, ralentizar la degradación de la vitamina B6. Se trata de la 7,8-dihidroxiflavona. De esta forma, el grupo de trabajo ha conseguido aumentar los niveles de vitamina B6 en las células nerviosas que participan en los procesos de aprendizaje y memoria.

El nuevo conocimiento de su efecto como inhibidor de la piridoxal fosfatasa abre nuevas explicaciones sobre la eficacia de esta sustancia. Esto podría mejorar la comprensión del mecanismo de los trastornos mentales y representar un nuevo enfoque farmacológico para el tratamiento de los trastornos cerebrales, escriben los científicos en su estudio.

El equipo también considera de interés que la 7,8-dihidroxiflavona haya sido identificada, por primera vez, como un inhibidor de la piridoxal fosfatasa, "teniendo en cuenta que esta clase de enzimas se considera particularmente desafiante para el desarrollo de fármacos", tal como indicaron.

El siguiente paso previsto por la prof. Gohla y su equipo es el de lograr desarrollar sustancias mejoradas que inhiban esta enzima de forma precisa y eficaz. "Estos inhibidores podrían utilizarse para comprobar específicamente si el aumento de los niveles celulares de vitamina B6 es útil en enfermedades mentales o neurodegenerativas", concluyen.