La relación entre depresión y demencia ha sido objeto de análisis en el simposio organizado por Lundbeck en el último congreso de la SEGG. Bajo el título `Depresión y demencia. Nuevas opciones terapéuticas´, el Dr. Javier Olivera Pueyo, psiquiatra, jefe de Sección de Rehabilitación y Psicogeriatría en el Hospital Universitario ...
La relación entre depresión y demencia ha sido objeto de análisis en el simposio organizado por Lundbeck en el último congreso de la SEGG. Bajo el título `Depresión y demencia. Nuevas opciones terapéuticas´, el Dr. Javier Olivera Pueyo, psiquiatra, jefe de Sección de Rehabilitación y Psicogeriatría en el Hospital Universitario San Jorge de Huesca, ha tenido ocasión de abordar esta realidad en un segmento de población que no para de aumentar.
La prevalencia de depresión en distintos tipos de demencia es elevada, situándose entre el 15-20 % en la enfermedad de Alzheimer, en el 20-30 % en demencia vascular o entre el 40-50 % en demencia Parkinson y Cuerpos de Lewy, de modo que un abordaje integral de ambas condiciones es esencial.
Se ha dedicado especial atención al papel de los antidepresivos en casos de depresión y demencia comórbida. Según el Consenso de Depresión en el Anciano, de la Sociedad Española de Psicogeriatría, los fármacos antidepresivos son eficaces en el tratamiento de la depresión en la demencia. Además, otros Consensos de Expertos destacan la elección de antidepresivos con acción procognitiva, duales o multimodales, como vortioxetina. En este sentido, el Dr. Olivera ha hecho alusión al estudio MEMORY, que ha analizado la eficacia de vortioxetina en pacientes con depresión y demencia temprana. Entre los principales resultados obtenidos destaca una reducción significativa de los síntomas de depresión y una mejoría del rendimiento cognitivo a lo largo de las 12 semanas de tratamiento, así como del recuerdo reciente y el remoto, el funcionamiento diario y la sensación de calidad de vida positiva.