Los laboratorios están considerados componentes esenciales de los sistemas de salud, fundamentales para el diagnóstico de los pacientes y la atención clínica rápida, la vigilancia de enfermedades, la caracterización de patógenos y la investigación y el desarrollo de tratamientos y vacunas. Al respecto, existen riesgos intrínsecos de trabajar con agentes biológicos ...
Los laboratorios están considerados componentes esenciales de los sistemas de salud, fundamentales para el diagnóstico de los pacientes y la atención clínica rápida, la vigilancia de enfermedades, la caracterización de patógenos y la investigación y el desarrollo de tratamientos y vacunas.
Al respecto, existen riesgos intrínsecos de trabajar con agentes biológicos no solo de naturaleza de bioseguridad, como la exposición o liberación no intencionada, sino también de bioprotección, que incluye el robo, mal uso o liberación intencionada de material biológico.
En este terreno, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha difundido, recientemente, unas directrices actualizadas sobre bioseguridad en los laboratorios. Y es que como considera, unas instalaciones adecuadamente diseñadas y equipadas, con personal capacitado, junto con medidas de mitigación de riesgos basadas en evidencia, informes transparentes y mecanismos de supervisión por niveles pueden proteger a la comunidad y a los trabajadores sanitarios de microorganismos y toxinas patógenos, así como del uso indebido y la liberación de materiales biológicos, ya sea intencional o involuntaria, al tiempo que permiten que continúe la investigación biomédica legítima.
Nuevas pautas
Las nuevas actualizaciones de la guía incluyen el fortalecimiento de las medidas de ciberseguridad y el manejo de información confidencial como los registros de pacientes; la reducción de los riesgos de las nuevas tecnologías, incluidas las relacionadas con la modificación genética y la manipulación de patógenos y la inteligencia artificial (IA); y consejos para mantener los laboratorios seguros y protegidos durante emergencias como guerras, disturbios civiles y desastres por peligros naturales.
En definitiva, el nuevo documento acerca a las mejores prácticas mundiales y abarca la parte de bioseguridad del ciclo de vida de la gestión de riesgos biológicos, desde la recolección, el transporte, el almacenamiento y la experimentación, y en contextos específicos como todo tipo de laboratorio biomédico, actividades de investigación, repositorios y biobancos. También proporciona consideraciones clave y mejores prácticas para los niveles institucional, nacional e internacional, incluida la supervisión reglamentaria.
La guía ha sido estructurada en cinco partes: evaluación de riesgos de bioseguridad basada en consecuencias; tecnologías emergentes y amenazas potenciales (ciberseguridad, seguridad de la información, técnicas moleculares, inteligencia artificial); legislación y reglamentación internacional y nacional; fortalecimiento del rol y la responsabilidad de los comités institucionales de bioseguridad; y situaciones extremas: guerra, disturbios civiles, desastres naturales devastadores.