Los factores relacionados con el estilo de vida, especialmente la dieta, influyen significativamente en la salud cardiometabólica. Las dietas poco saludables están relacionadas con problemas cardiometabólicos en niños y adolescentes, mientras que las dietas saludables, como la dieta mediterránea, tienen efectos positivos, así se desprende de un reciente estudio, publicado en ´JAMA Network Open´. "Los hábitos alimentarios tempranos influyen significativamente en el estado de salud a largo plazo", según el Dr. José Francisco López-Gil, investigador principal del Grupo de Investigación Una Salud de la Universidad de las Américas en Quito, Ecuador.

La dieta mediterránea es una dieta que incluye alimentos de origen vegetal con énfasis en las grasas saludables. Frutas, verduras, legumbres, semillas, frutos secos, cereales integrales, carnes magras y pescado forman parte del plan de alimentación. Dicha dieta reduce el riesgo de enfermedades no transmisibles. Sin embargo, sus efectos cardiometabólicos en las poblaciones más jóvenes no han sido estudiados al completo. De hecho, ninguna revisión sistemática ni metanálisis previos han verificado específicamente la asociación de las intervenciones basadas en la dieta mediterránea (MedDiet) con biomarcadores de salud cardiometabólica en niños y adolescentes.

Salud cardiovascular

Los hallazgos de esta revisión sistemática y metaanálisis indican que las intervenciones basadas en la dieta mediterránea se asociaron con reducciones de la presión arterial sistólica, los triglicéridos, el colesterol total y el colesterol LDL, y con aumentos del colesterol HDL. 

Asimismo, cabe destacar que las reducciones de la presión arterial sistólica (PAS) durante la infancia y la adolescencia pueden tener un impacto significativo en la salud cardiovascular a largo plazo. La baja ingesta de grasas saturadas y la alta ingesta de grasas saludables de la dieta mediterránea podrían contribuir a sus efectos beneficiosos, según se destaca en el estudio.

"Nuestros hallazgos muestran que las intervenciones basadas en la dieta mediterránea fueron algo eficaces para reducir la PAS, los triglicéridos, el CT y el colesterol LDL, y para aumentar el colesterol HDL. Aunque las reducciones pueden parecer reducidas, las disminuciones de la PAS durante la infancia y la adolescencia pueden ser importantes,  ya que la presión arterial elevada en la infancia o la adolescencia se ha asociado de manera consistente con varios marcadores intermedios de ECV en la edad adulta", según los autores del estudio.

No obstante, según estos investigadores, "el número limitado de ensayos clínicos aleatorizados y la variación en los tipos de intervención, las ubicaciones geográficas y los grupos de control exigen cautela a la hora de interpretar estos resultados".