Investigadores del Instituto Nacional del Cáncer estadounidense han diseñado un anticuerpo dirigido al receptor de la interleucina-2, con el que es posible eliminar parcial y selectivamente los linfocitos T reguladores (Tregs) en el interior de un tumor sólido. Los Tregs contribuyen a la inmunosupresión del microentorno tumoral y, por tanto, ...
Investigadores del Instituto Nacional del Cáncer estadounidense han diseñado un anticuerpo dirigido al receptor de la interleucina-2, con el que es posible eliminar parcial y selectivamente los linfocitos T reguladores (Tregs) en el interior de un tumor sólido. Los Tregs contribuyen a la inmunosupresión del microentorno tumoral y, por tanto, al fracaso de la inmunoterapia. El nuevo anticuerpo se encuentra conjugado con duocarmicina, agente tóxico liberado mediante luz infrarroja aplicada sobre el tumor. En un modelo de cáncer de vejiga, la administración intravenosa del anticuerpo redujo moderada, pero significativamente, el número de Tregs, sin afectar la abundancia de estas células en órganos linfáticos secundarios. El tratamiento aumentó, además, la proporción entre linfocitos T citotóxicos y Tregs, parámetro ampliamente reconocido en la estimación de la actividad inmunitaria en el microambiente tumoral. Notablemente, la terapia tuvo sólo un efecto marginal sobre otros tipos de linfocitos locales que también expresan el receptor al que va dirigida.
Hisataka Kobayashi, directora del estudio, afirma que la efectividad antitumoral del anticuerpo fue potenciada en presencia de un agente anti-PD-1, combinación que prolongó significativamente la supervivencia de los animales, tanto en el mismo como en otros modelos de cáncer. La investigadora prosigue indicando que la terapia de combinación también redujo la producción de interleucina-10 y del marcador de proliferación Ki-67 en los Tregs intratumorales, lo que confirmaría la supresión de esta población linfocitaria.
Estos tumores, prosigue Kobayashi, mostraron una marcada infiltración por linfocitos T citotóxicos activados, que además mostraron la capacidad de establecer memoria inmunológica. Dada la sencillez del uso de luz infrarroja y su capacidad de penetrar en zonas profundas del tejido, esta nueva estrategia ofrece promesa en el tratamiento del cáncer, concluye la científica.