Científicos de diversos centros chinos han establecido que pautas de inhalación de hidrógeno mejoran la vaso-obliteración y la neovascularización retinal en ratones jóvenes expuestos a una atmósfera rica en oxígeno, circunstancia que recapitula el daño vascular retinal en neonatos prematuros. El tratamiento también redujo la activación de la microglía, especialmente ...
Científicos de diversos centros chinos han establecido que pautas de inhalación de hidrógeno mejoran la vaso-obliteración y la neovascularización retinal en ratones jóvenes expuestos a una atmósfera rica en oxígeno, circunstancia que recapitula el daño vascular retinal en neonatos prematuros. El tratamiento también redujo la activación de la microglía, especialmente en las áreas neovascularizadas, sin afectar la angiogénesis fisiológica durante el desarrollo postnatal. Aunque el efecto terapéutico del hidrógeno tuvo lugar independientemente de que fuera administrado durante o después de la hiperoxia, el mayor beneficio fue obtenido con la administración continuada en las dos fases.
Así lo afirma Yatu Guo, investigador del Hospital Oftalmológico de Tianjin y codirector del estudio, quien prosigue indicando que el hidrógeno preservó, además, el patrón astrocítico que acompaña a la vasculatura, en zonas todavía avasculares durante el periodo de hiperoxia. Esta preservación contribuye de manera decisiva al avance de las células endoteliales situadas en el extremo del brote vascular, asegura Guo. Los científicos también hallaron que el hidrógeno induce la activación temprana del factor de transcripción Nrf2 durante la fase hiperóxica, lo que contribuye de manera decisiva a la protección frente a la retinopatía.
Así se demostró en experimentos con ratones deficientes en Nrf2, en los que la terapia con hidrógeno no ofreció ningún beneficio. Guo señala que el tratamiento actualmente más eficaz para tratar este tipo de retinopatía es la terapia láser, cuyo uso se asocia a pérdida de visión periférica y a una elevada incidencia de miopía. Tampoco los agentes anti-VEGF serían aconsejables en neonatos prematuros, dada la elevada tasa de recurrencia y los efectos adversos sistémicos. El hidrógeno podría ofrecer una alternativa para este y otros tipos de retinopatía, concluye el investigador.