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Recomiendan valorar la condición renal de un paciente con insuficiencia cardíaca ante la implantación de un desfibrilador

La determinación de la disfunción renal como un factor de riesgo independiente de muerte súbita cardíaca es necesaria, según expertos, ya que, según señalan, los pacientes con dicha disfunción en fase moderada a grave fueron excluidos en los estudios en los que se basan las pautas actuales de implantación de desfibriladores automáticos implantables.

30/07/2024

Pacientes con insuficiencia cardíaca congestiva (ICC) que tienen un suministro de sangre comprometido, podrían registrar un mayor riesgo de muerte cardíaca súbita. Con una incidencia estimada de hasta el 22% entre estos pacientes, las directrices clínicas actuales recomiendan el uso de desfibriladores automáticos implantables (DAI) para ayudar a mitigar dicho ...

Pacientes con insuficiencia cardíaca congestiva (ICC) que tienen un suministro de sangre comprometido, podrían registrar un mayor riesgo de muerte cardíaca súbita. Con una incidencia estimada de hasta el 22% entre estos pacientes, las directrices clínicas actuales recomiendan el uso de desfibriladores automáticos implantables (DAI) para ayudar a mitigar dicho riesgo.

Aunque la aplicación de DAI en pacientes con ICC está respaldada por evidencia sustancial, al parecer,  en la mayoría de estudios no se ha tenido en cuenta a personas con enfermedad renal crónica (ERC), una población clínica importante. Ello ha sembrado dudas sobre si el uso de DAI está justificado en pacientes con ERC, especialmente, en fases leves y moderadas, teniendo en cuenta el posible riesgo inherente que implica la instalación de estos dispositivos.

En este terreno, investigadores japoneses, dirigidos por el profesor asociado Yoshihiro Sobue, de la Universidad de Salud de Fujita, (Japón), investigaron hasta qué punto la función renal puede ser un buen predictor del riesgo de muerte cardíaca súbita (MSC). "El objetivo de nuestro estudio fue investigar prospectivamente los factores de riesgo de MSC en una cohorte de más de 1.500 pacientes hospitalizados con ICC clasificados en función de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) y la clase funcional de la New York Heart Association (NYHA), así como el papel potencial de la función renal como determinante de MSC", tal como explicó el Dr. Sobue.

El estudio, publicado en ´ESC Heart´,  incluyó a 1.676 pacientes que habían visitado el Fujita Health University Hospital por insuficiencia cardíaca descompensada. Durante el período de seguimiento, 198 de estos pacientes sufrieron MSC. Entre estos eventos, el 23% se produjo dentro de los 3 meses posteriores al alta.

Al realizar análisis estadísticos de los datos recopilados, el equipo de investigación identificó dos predictores independientes clave del riesgo de MSC después del alta. El primero fue la FEVI, que ya se tiene en cuenta en las directrices actuales. El segundo fue la tasa de filtración glomerular estimada (TFGe), que es una medida de lo bien que los riñones pueden filtrar la sangre.

Al agregar la TFGe como predictor junto con la FEVI, los modelos de regresión podrían predecir la MSC con mayor precisión. Sin embargo, según observaron los investigadores, el poder predictivo de la función renal de esta manera disminuyó con el tiempo, siendo más eficaz en los primeros meses después del alta. "Casualmente, aproximadamente una cuarta parte de todos los casos de MSC se produjeron dentro de los tres meses posteriores al alta", concretaron los autores.

Estos hallazgos pueden marcar el camino para la revisión de las pautas para el uso de DAI y mejorar los resultados para los pacientes con ICC, tanto con como sin ERC.

Por tanto, con este estudio se hace hincapié sobre la importancia de considerar factores adicionales, como la condición renal, al sopesar los beneficios de usar DAI en un paciente. "Refinar los criterios para la implantación de DAI tiene el potencial de mejorar significativamente la prevención de MSC y reducir la incidencia de complicaciones derivadas de implantaciones innecesarias de DCI. "Esperamos que la aplicación de una metodología de estratificación mejorada que incluya la TFGe pueda producir mejores resultados clínicos", concluyó el Dr. Sobue.

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