Científicos de diversos centros italianos han establecido que la terapia de combinación con nab-paclitaxel y gemcitabina es bien tolerada y exhibe una actividad clínica prometedora, en pacientes con cáncer de páncreas metastásico que han recibido FOLFIRINOX en primera línea. Las tasas de respuesta global y de control de la enfermedad ...
Científicos de diversos centros italianos han establecido que la terapia de combinación con nab-paclitaxel y gemcitabina es bien tolerada y exhibe una actividad clínica prometedora, en pacientes con cáncer de páncreas metastásico que han recibido FOLFIRINOX en primera línea. Las tasas de respuesta global y de control de la enfermedad alcanzaron el 20 y el 46%, respectivamente, con una mediana de supervivencia global superior a los 7 meses.
Michele Milella, investigador del Hospital Universitario de Verona y codirector del estudio, afirma que las toxicidades severas más frecuentemente asociadas al tratamiento consistieron en neutropenia, trombocitopenia, neuropatía periférica y fatiga, si bien su incidencia fue similar entre la segunda línea y las líneas ulteriores, a excepción de la diarrea que fue menos frecuente en las líneas posteriores a la segunda. Las toxicidades hematológicas constituyeron la principal causa de reducción de dosis en ambos fármacos, añade el científico.
El estudio también determinó que la glucemia en ayunas, los niveles circulantes de lactato deshidrogenasa, la proporción entre neutrófilos y linfocitos en sangre periférica, la presencia de metástasis hepáticas y la supervivencia libre de progresión durante la primera línea son factores pronósticos independientes de supervivencia global. Milella prosigue indicando que la composición de la segunda línea de tratamiento en este tipo de cáncer sigue siendo materia de debate, existiendo sólo unos pocos estudios retrospectivos que hayan examinado la actividad de nab-paclitaxel/gemcitabina en pacientes previamente tratados con gemcitabina. No obstante, los desenlaces en la segunda línea de terapia en este tipo de cáncer siguen siendo pobres y altamente variables, lo que hace necesario evaluar cuidadosamente sus potenciales riesgos y beneficios, concluye el investigador.