Las dietas ricas en proteínas, conocidas como ´dietas paleolíticas´, son muy populares y recomendables para la salud, pero ahora científicos de la Universidad de Ginebra (UNIGE) han estudiado su impacto y advierten de que, si bien son eficaces para regular el peso y estabilizar la diabetes, estas dietas no están ...
Las dietas ricas en proteínas, conocidas como ´dietas paleolíticas´, son muy populares y recomendables para la salud, pero ahora científicos de la Universidad de Ginebra (UNIGE) han estudiado su impacto y advierten de que, si bien son eficaces para regular el peso y estabilizar la diabetes, estas dietas no están exentas de riesgos ya que el exceso de proteínas aumenta en gran medida la producción de amonio, que puede causar trastornos neurológicos y, en casos graves, provocar un coma.
La diabetes tipo 2 es una enfermedad metabólica que va en constante aumento. Debido a un estilo de vida sedentario y a una dieta excesivamente rica, el páncreas dañado tiene dificultades para regular los niveles de azúcar en sangre. Si bien los tratamientos actuales ayudan a controlar la progresión de la enfermedad, no curan la diabetes.
Las dietas ricas en proteínas animales y/o vegetales, llamadas dietas paleolíticas, pueden utilizarse para estabilizar la diabetes de tipo 2 y regular el peso, explica el catedrático del Departamento de Fisiología Celular y Metabolismo de la Facultad de Medicina de la UNIGE, Pierre Maechler, que dirigió esta investigación publicados en el ´Journal of Biological Chemistry´. Estas dietas se inspiran en las dietas basadas en carne de la época preagrícola.
El amonio es un producto de desecho normal de la descomposición de las proteínas, que se elimina esencialmente en el hígado por acción de la enzima glutamato deshidrogenasa (GDH). En caso de sobrecarga de proteínas, la enzima GDH se ve sometida a presión. Para estudiar el impacto de las dietas ricas en proteínas, el equipo de Pierre Maechler alimentó a ratones sanos y a ratones que carecían de la enzima GDH en el hígado con una dieta con un contenido de proteínas que imitaba la denominada dieta paleolítica.
Los científicos observaron que, en ratones sanos, aunque el exceso de proteínas aumenta la producción de amonio, el hígado gestionaba este exceso gracias a la acción de la enzima GDH, que desintoxica el amonio antes de que pueda causar daños. "En cambio, en ratones que carecen de la enzima GDH, el hígado no es capaz de eliminar el exceso de amonio tóxico derivado de las proteínas. No es necesario esperar semanas o meses; basta con un cambio de dieta de unos días para observar consecuencias importantes", explica el exestudiante de doctorado del Departamento de Fisiología Celular y Metabolismo de la Facultad de Medicina de la UNIGE y primera autora del estudio, Karolina Luczkowska.
Estos resultados sugieren que, en caso de disfunción de la enzima GDH, las dietas ricas en proteínas pueden provocar un exceso perjudicial de amonio. El amonio no eliminado por el hígado puede provocar trastornos graves, en particular neurológicos. Un análisis de sangre podría evaluar la actividad de la GDH para evitar sobrecargar el metabolismo con proteínas en las personas con deficiencia de la enzima GDH. "Por lo tanto, es importante estar bien informado antes de seguir una dieta rica en proteínas", concluye Pierre Maechler.