El ser humano pasa toda una vida con un solo cuerpo, pero sabe poco sobre lo que sucede más allá de la dermis. Bajo la piel hay un universo con tantas células que, si empalmáramos todo el ADN del cuerpo en fila india, se extendería más de 15,000 millones de ...
El ser humano pasa toda una vida con un solo cuerpo, pero sabe poco sobre lo que sucede más allá de la dermis. Bajo la piel hay un universo con tantas células que, si empalmáramos todo el ADN del cuerpo en fila india, se extendería más de 15,000 millones de kilómetros, más allá de Plutón. Hasta hace poco, los profesionales de la salud obtenían información del cuerpo humano palpando y a través de análisis de sangre y tejido. Pero desde hace un tiempo, la tecnología ha abierto la puerta a este universo tan cercano como desconocido.
Una de las apuestas estratégicas del Hospital Universitario Vall d´Hebron es integrar nuevas tecnologías al servicio de los profesionales de la salud para ayudar en el diagnóstico y tratamiento de los pacientes. Un ejemplo es la reciente adquisición de un equipo de resonancia magnética y un PET-TC de última generación con fondos REACT y del plan INVEAT (Inversión en Equipos de Alta Tecnología) de la Unión Europea. "Ambos son más precisos que sus predecesores y aumentan el confort y la seguridad de los pacientes, lo que permite avanzar hacia una medicina personalizada", destaca el Dr. Manel Escobar, director clínico de Diagnóstico por Imagen.
Hasta ahora, tanto los equipos de resonancia magnética (6) como el PET-TC (2) eran propiedad del Instituto de Diagnóstico por la Imagen (IDI), empresa pública adscrita al Catsalut, que tiene su centro de referencia en el Hospital Universitario Vall d´Hebron. Estos nuevos equipamientos seguirán gestionados por el IDI, que ejecuta los servicios de diagnóstico por la imagen y medicina nuclear, pero ahora son propiedad de Vall d´Hebron.
Dos tecnologías para observar el cuerpo humano desde dos perspectivas
La adquisición reafirma al Hospital Universitario Vall d´Hebron como centro de referencia en diagnóstico por la imagen y medicina nuclear. La Dra. Cristina Gámez, jefa del Servicio de Medicina Nuclear, explica que, al igual que podemos observar un edificio desde la calle o a través de un plano, también podemos examinar el cuerpo humano desde diferentes perspectivas.
Para obtener información morfológica, es decir, conocer el tamaño y/o forma de un órgano o lesión, sin utilizar radiaciones ionizantes, utilizamos la ecografía o la resonancia magnética. "La resonancia magnética es la reina para los estudios cerebrales y de tejidos blandos por su gran definición anatómica", destaca. Esta técnica permite obtener imágenes para varios diagnósticos, como traumatismos, exploraciones del cerebro y la médula, o cáncer.
La resonancia magnética
El procedimiento para realizar una resonancia magnética implica el uso de un potente imán y ondas de radio. Los pacientes se colocan en una mesa móvil, que se introduce en el aparato de resonancia magnética, y la prueba puede durar entre 40 minutos y una hora. Durante este tiempo, es crucial que los pacientes se mantengan inmóviles para garantizar la calidad de las imágenes. En algunos casos, se puede administrar un contraste por vía intravenosa para obtener una mejor visualización de ciertas partes del cuerpo. Cuando se trata de niños o pacientes que no pueden colaborar, se puede considerar la sedación. El nuevo equipo de resonancia magnética, sin embargo, cuenta con una pantalla para proyectar contenido de YouTube.
El PET-TC
El diagnóstico por imagen se ha convertido en una herramienta imprescindible para las decisiones terapéuticas: el 80% de estas decisiones se basan en la imagen. Si con la resonancia magnética los médicos obtienen información sobre cambios en los tejidos y órganos, el PET-TC muestra qué hacen las células. "El primero nos ayudaría a diagnosticar un tumor y el segundo, si hay metástasis", ilustra el Dr. Manel Escobar. Esta complementariedad es esencial para ofrecer el mejor tratamiento posible a los pacientes.
"En el caso del PET-TC, obtenemos información morfológica y funcional en un solo examen", señala la Dra. Cristina Gámez. "El PET, mediante un radiofármaco, proporciona información funcional sobre las lesiones y los órganos, mientras que el TAC ofrece la localización exacta de las lesiones", puntualiza.