Publicidad
Publicidad

Investigan el potencial de una vacuna de ADN en el tratamiento de los tumores intracraneales

Un estudio revela que su adición a la inmunoterapia con un agente anti-PD-1 prolonga la supervivencia en un modelo animal de cáncer en esta localización anatómica.

26/08/2024

Científicos de la Universidad de Nottingham Trent han determinado que la combinación formada por la vacuna de ADN SCIB1 ImmunoBody y un anticuerpo anti-PD-1 retrasa el tempo hasta la muerte en ratones con tumores intracraneales ya establecidos. El tratamiento con ambos agentes fue considerablemente más efectivo que la inmunoterapia sola, ...

Científicos de la Universidad de Nottingham Trent han determinado que la combinación formada por la vacuna de ADN SCIB1 ImmunoBody y un anticuerpo anti-PD-1 retrasa el tempo hasta la muerte en ratones con tumores intracraneales ya establecidos. El tratamiento con ambos agentes fue considerablemente más efectivo que la inmunoterapia sola, promoviendo mayor infiltración del tumor por linfocitos T tanto CD4+ como CD8+. Estos resultados establecen una base para el ulterior desarrollo de esta nueva estrategia, según afirma Stephanie McArdle, directora del estudio.

La investigadora prosigue indicando que SCIB1 es un anticuerpo que contiene péptidos pertenecientes a los antígenos TRP-2 y gp100, los cuales son frecuentemente expresados en el melanoma y el glioblastoma, siendo reconocidos por el sistema inmunitario en el contexto de múltiples moléculas de histocompatibilidad humanas. La eficiencia de SCIB1 en términos de generación de dichos epítopos por las células dendríticas es superior a la de las vacunas basadas en péptidos o en ADN de la proteína antigénica completa, así como a la incubación de estas células en presencia de péptidos, asegura McArdle.

Los actuales hallazgos son consistentes con los de un ensayo de fase I/II en el que la terapia con SCIB1 se asoció a respuesta en el 88% de los pacientes con melanoma portador de los antígenos relevantes, siendo el tratamiento bien tolerado. La científica concluye indicando que el actual estudio aportó evidencia de agotamiento de los linfocitos T en el microentorno tumoral, lo que impone la necesidad de optimizar la terapia, posiblemente mediante la adición de un agente anti-GITR al régimen utilizado.

Publicidad
Publicidad
Nuestros Podcasts