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Constatan cómo el cerebro envejece a ritmos diferentes según el entorno social y geográfico

Los relojes cerebrales o modelos de edad cerebral han surgido como métricas transdiagnósticas dimensionales capaces de medir la salud cerebral influenciada por una variedad de factores tanto geográficos como socioeconómicos, entre otros. Lo que parece ser más evidente, en este terreno, es que el ritmo al que envejece el cerebro puede variar significativamente de una persona a otra.

02/09/2024

Hasta ahora, no hay conocimiento suficiente sobre el impacto de la diversidad (geográfica, socioeconómica, sociodemográfica, sexualidad y neurodegeneración) en la brecha de edad cerebral, y es que, hasta la fecha, ningún estudio ha explorado el espectro de anomalías de la edad cerebral. Lo que parece ser más evidente, en este terreno, ...

Hasta ahora, no hay conocimiento suficiente sobre el impacto de la diversidad (geográfica, socioeconómica, sociodemográfica, sexualidad y neurodegeneración) en la brecha de edad cerebral, y es que, hasta la fecha, ningún estudio ha explorado el espectro de anomalías de la edad cerebral. Lo que parece ser más evidente, en este terreno, es que el ritmo al que envejece el cerebro puede variar significativamente de una persona a otra.

Precisamente, el rumbo de estos cambios y su relación con la edad cronológica podría ser fundamental para comprender el proceso de envejecimiento, las disparidades multinivel y trastornos cerebrales como la enfermedad de Alzheimer. Así lo ha entendido un equipo de investigadores internacionales que se ha lanzado a desarrollar formas de medir el envejecimiento cerebral utilizando relojes cerebrales avanzados basados ​​en el aprendizaje profundo de las redes cerebrales.

Para el estudio, publicado en ´Nature Medicine´, se manejó un conjunto de datos diversos de 5.306 participantes de 15 países, incluidos países de América Latina y el Caribe, además de otros. Al analizar datos de imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI) y electroencefalografía (EEG), los autores del trabajo cuantificaron las brechas de edad cerebral en individuos sanos y aquellos con afecciones neurodegenerativas como deterioro cognitivo leve (DCL), enfermedad de Alzheimer y degeneración del lóbulo frontotemporal (DLFT).  "Descubrimos que factores como la desigualdad socioeconómica, la contaminación del aire y el impacto de las enfermedades desempeñan un importante papel en el envejecimiento cerebral, sobre todo en países más pobres", indicó, al respecto, el Dr. Daniel Abasolo, director del Centro de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Surrey (Reino Unido).

Brechas más críticas

Los participantes con diagnóstico de demencia, en particular enfermedad de Alzheimer, mostraron las brechas de edad cerebral más críticas. La investigación también hizo hincapié en las diferencias de género en el envejecimiento cerebral, ya que las mujeres de los países de América Latina y Caribe mostraron mayores brechas de edad cerebral, en particular en aquellas con enfermedad de Alzheimer. Algunas de estas diferencias se vincularon con el sexo biológico y las disparidades de género en las condiciones sociales y de salud. 

Los hallazgos de este estudio subrayan el papel de los factores ambientales y sociales en las disparidades de salud cerebral e inciden en las interesantes implicaciones para la neurociencia y la salud cerebral, en particular para comprender la interacción entre los factores macro (exposoma) y los mecanismos que subyacen al envejecimiento cerebral en diversas poblaciones en el envejecimiento saludable y la demencia.

Los autores consideran que el enfoque del estudio, que integra múltiples dimensiones de la diversidad en la investigación sobre la salud cerebral, ofrece un nuevo marco para la medicina personalizada. "En el futuro, los enfoques de medicina personalizada podrían aprovechar los modelos de brechas de edad cerebral para establecer protocolos mundiales para el envejecimiento y los trastornos neurocognitivos", concluyen.

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