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Las directrices europeas introducen una nueva categoría de presión arterial elevada

Un panel de expertos internacionales ha integrado el equipo encargado de actualizar las directrices europeas de hipertensión en las que se introduce una nueva categoría de "PA elevada", de 120-139/70-89 mmHg, con la que se pretende  identificar a más pacientes con riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular. 

02/09/2024

Actualmente, hasta un 45% de los adultos europeos padecen hipertensión arterial, incluida entre los principales factores de riesgo más comunes e importantes desencadenantes de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.  La mayoría de los pacientes con este trastorno padecen hipertensión esencial o primaria, cuya causa exacta sigue siendo desconocida, mientras que alrededor ...

Actualmente, hasta un 45% de los adultos europeos padecen hipertensión arterial, incluida entre los principales factores de riesgo más comunes e importantes desencadenantes de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.  La mayoría de los pacientes con este trastorno padecen hipertensión esencial o primaria, cuya causa exacta sigue siendo desconocida, mientras que alrededor del 10% sufren hipertensión secundaria, con una causa identificable. La hipertensión de larga duración causa daño orgánico y, en última instancia, conduce a enfermedad cardiovascular, cerebrovascular y renal clínica, todas ellas importantes contribuyentes a la carga global de enfermedad crónica

En el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC, por sus siglas en inglés), que se celebra estos días en Londres, se han presentado las directrices actualizadas sobre hipertensión arterial, respaldadas por la Sociedad Europea de Endocrinología (ESE, por sus siglas en inglés) y la Organización Europea de Accidentes Cerebrovasculares (ESO, por sus siglas en inglés). El nuevo documento se sustenta en las guías anteriores e introduce otras recomendaciones basadas en la evidencia actual.

Nueva categoría de PA

En la nueva guía, la definición de hipertensión sigue siendo PA ≥140/90 mmHg, sin embargo, se introduce una nueva categoría de "PA elevada", que se define como una presión arterial de 120-139/70-89 mmHg. Según el panel internacional de autores, que incluye como copresidentes al prof. Bill McEvoy, de la Universidad de Galway (Irlanda), y a la prof. Rhian Touyz, de la Universidad McGill (Canadá),  la nueva categoría identificará a más pacientes con riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular. 

"Esta nueva categoría de presión arterial elevada reconoce que las personas no pasan de una presión arterial normal a una hipertensión de la noche a la mañana", afirmó el prof. McEvoy. "En la mayoría de los casos, se trata de un gradiente constante de cambio, y diferentes subgrupos de pacientes (por ejemplo, aquellos con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, como las personas que viven con diabetes) podrían beneficiarse de un tratamiento más intensivo antes de que su presión arterial alcance el umbral tradicional de hipertensión", agregó. Además, según la prof. Touyz: "los riesgos asociados con el aumento de la presión arterial comienzan con niveles de presión arterial sistólica incluso por debajo de 120 mmHg". 

Fragilidad de los pacientes

Las directrices ESC de 2024 también proporcionan recomendaciones sobre un objetivo de presión arterial sistólica tan bajo como sea razonablemente alcanzable (conocido como el principio ALARA) en personas frágiles y mayores y en aquellas que no toleran el objetivo de tratamiento primario de 120-129 mmHg. Las directrices se centran más en la "fragilidad" de los pacientes que en la edad cronológica. 

Asimismo se introducen, por primera vez, recomendaciones sobre el uso de la denervación renal para el tratamiento de la hipertensión. Debido a la falta de evidencia sobre los beneficios en los resultados cardiovasculares, las guías no recomiendan este procedimiento médico como tratamiento de primera línea, y tampoco se recomienda para pacientes con función renal muy deteriorada (TFG <40 mL/min/1,73 m2) o causas secundarias de hipertensión. 

"Para reducir la presión arterial, y si se realiza en un centro de volumen medio a alto, se puede considerar la denervación renal con catéter en pacientes con hipertensión resistente que tienen una presión arterial no controlada a pesar de una combinación de tres fármacos para reducir la presión arterial (incluida una tiazida o un diurético similar a la tiazida) y que expresan una preferencia por someterse a una denervación renal después de una discusión compartida de los riesgos y beneficios y una evaluación multidisciplinaria", tal como ha expuesto la prof. Touyz

Asimismo, se han actualizado los consejos dietéticos sobre la ingesta de sodio y potasio y hacen hincapié en la importancia de las modificaciones del estilo de vida para los pacientes en una variedad de circunstancias y etapas diferentes de enfermedades cerebrovasculares y  renal crónica.

Finalmente, destacan la importancia de las diferencias de sexo y género en la hipertensión y la integran en todo el documento, en lugar de como una sección separada, como en la mayoría de las demás directrices.   

 

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