Científicos italianos han demostrado el valor clínico de la interleucina (IL)-8 y de la osteopontina circulantes en la predicción de la respuesta al tratamiento y en la monitorización de la progresión del melanoma en estadio IIIC/IIID y IV, en pacientes tratados con dabrafenib, vemurafenib, trametinib, cobimetinib o combinaciones de estos ...
Científicos italianos han demostrado el valor clínico de la interleucina (IL)-8 y de la osteopontina circulantes en la predicción de la respuesta al tratamiento y en la monitorización de la progresión del melanoma en estadio IIIC/IIID y IV, en pacientes tratados con dabrafenib, vemurafenib, trametinib, cobimetinib o combinaciones de estos fármacos. En los pacientes respondedores los niveles de ambos biomarcadores descendieron a los dos meses del inicio de la terapia, retornando a los valores iniciales con la progresión de la enfermedad. Esta cinética estuvo en contraste con la observada en los no respondedores, en los que no hubo variaciones significativas.
Stefania D´Atri, investigadora del Istituto Dermopatico Dell´Immacolata y directora del estudio afirma que, de los múltiples biomarcadores analizados, sólo la osteopontina mostró una elevada capacidad discriminatoria entre respondedores y no respondedores. Adicionalmente, niveles elevados de IL-8 al inicio de la terapia se asociaron a menor supervivencia global y libre de progresión, así como a mayor riesgo de mortalidad, siendo factor pronóstico independiente de otras variables clínicas.
Aunque los científicos hallaron una asociación similar con la osteopontina, la peor prognosis fue la de los pacientes con niveles iniciales elevados de ambos biomarcadores, subpoblación en la que el riesgo de muerte llegó a sextuplicarse. D´Atri concluye señalando que, a pesar de que la prognosis del melanoma ha mejorado con la introducción de fármacos de reciente desarrollo, siguen existiendo pacientes con resistencia primaria a estas terapias, lo que impone la necesidad de identificar marcadores de predicción de respuesta.