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Dilucidan el mecanismo de acción de la terapia hiperbárica en el traumatismo cerebral

Un estudio en un modelo animal reporta cambios en el microbioma intestinal y en un ARN considerado esencial en la regeneración de las neuronas.

06/09/2024

Investigadores de la Universidad Médica de Nanjing han establecido que la terapia con oxígeno hiperbárico previene la pérdida de tejido cortical y de neuronas perilesionales a los 10 días del traumatismo cerebral. El tratamiento, administrado diariamente durante una hora, también tuvo un positivo impacto sobre el yeyuno, donde aumentó la ...

Investigadores de la Universidad Médica de Nanjing han establecido que la terapia con oxígeno hiperbárico previene la pérdida de tejido cortical y de neuronas perilesionales a los 10 días del traumatismo cerebral. El tratamiento, administrado diariamente durante una hora, también tuvo un positivo impacto sobre el yeyuno, donde aumentó la frecuencia de linfocitos T reguladores, encargados de modular la respuesta inmunitaria. 

Este tejido también mostró reducidos niveles de mediadores inflamatorios y de acuaporina-4, proteína requerida para la formación de edema. En el examen del microbioma intestinal los científicos constataron notables divergencias, en comparación con los animales control, con un significativo incremento de las bacterias del género Bifidobacterium. 

Peizan Huang, codirector del estudio, afirma que la terapia potenció en el cerebro una frecuente modificación post-transcripcional del ARN, considerada relevante en múltiples procesos biológicos, incluyendo la regeneración de las neuronas y la comunicación entre las bacterias intestinales y el resto del organismo. Hasta ahora, la participación de esta modificación del ARN en el mecanismo de acción de la terapia hiperbárica había sido materia de debate, asegura el investigador. Huang prosigue indicando que tanto las bifidobacterias como los lactobacilos sintetizan folato, mediador que contribuye al desarrollo normal del intestino, precisamente potenciando esta modificación del ARN. Los actuales hallazgos se alinean con los de estudios previos en los que este tratamiento mejoró la disfunción intestinal tras la lesión medular o el estrés crónico, concluye el científico.

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