Las personas con diabetes tipo 1 que reciben tratamiento con bomba de insulina corren el riesgo de que sus niveles de glucosa se vean alterados durante viajes en avión, según los resultados de un estudio del Royal Surry County Hospital y la Universidad de Surrey, Reino Unido. "Los pacientes que utilizan bombas ...
Las personas con diabetes tipo 1 que reciben tratamiento con bomba de insulina corren el riesgo de que sus niveles de glucosa se vean alterados durante viajes en avión, según los resultados de un estudio del Royal Surry County Hospital y la Universidad de Surrey, Reino Unido.
"Los pacientes que utilizan bombas de insulina deben ser conscientes del posible impacto de los cambios en la presión del aire de la cabina en la administración de insulina. La caída de la presión de la cabina durante el ascenso puede provocar un ligero aumento en la administración de insulina como resultado de la formación de burbujas de aire que desplazan el exceso de insulina fuera del cartucho", explicó el Dr. Ka Siu Fan, autor principal del Royal Surry County Hospital y la Universidad de Surrey, Reino Unido.
En el estudio, se probó la administración de insulina desde 26 bombas de insulina en la cámara hipobárica más grande de Europa para imitar los cambios atmosféricos durante un vuelo comercial normal. "Investigamos el efecto que los cambios de presión atmosférica durante el vuelo pueden tener sobre las bombas de insulina y el nivel de riesgo de que los niveles de glucosa puedan bajar de los rangos normales durante o inmediatamente después de los vuelos", señaló el Dr. Ka Siu Fan. Los autores tampoco descartan que pueda producirse una ligera reducción en la administración de insulina durante el descenso, ya que el aumento de la presión del aire disuelve las burbujas de aire y hace que la insulina vuelva a la bomba.
Diferentes niveles de rendimiento
En concreto, los investigadores descubrieron que los cartuchos de insulina llenos liberaban 0,60 unidades de insulina en exceso durante un ascenso de 20 minutos (disminución de la presión ambiental) en comparación con el rendimiento a nivel del suelo. Si bien esto puede reducir ligeramente la glucosa en sangre, los autores no prevén que esto provoque una hipoglucemia clínicamente significativa o sintomática.
Durante el descenso (aumento de la presión ambiental), los cartuchos suministraron menos de 0,51 unidades de insulina. Esto puede provocar que la glucemia sea más alta de lo habitual, pero no plantea la misma preocupación que los efectos hipoglucémicos de un exceso de insulina.
El hecho de que estas anomalías en la administración de insulina durante los vuelos tengan efectos clínicos dependerá de varios factores, entre ellos la sensibilidad a la insulina de cada persona, la ingesta de alimentos y el control de la glucemia, según los autores. Es por ello que las recomendaciones de los investigadores a estos pacientes pasan por que "consideren consultar con sus médicos desconectar temporalmente sus bombas de insulina antes del despegue y eliminar las burbujas de aire antes de volver a conectarlas a la altitud de crucero".