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Constatan el impacto del aporte de vitamina D en los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular

El aporte de vitamina D, según se ha podido constatar, ejerce un efecto beneficioso sobre la presión arterial, los niveles de lípidos en sangre y los parámetros glucémicos. De ahí, la propuesta de adaptar la suplementación con esta vitamina en función de las características individuales para mejorar la eficacia de la intervención y reducir la prevalencia de enfermedades cardiometabólicas.

12/09/2024

Dado que las enfermedades cardiovasculares siguen siendo una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial, se estudian todas las fórmulas posibles para combatirlas. En este caso, científicos norteamericanos y chinos avanzan en el conocimiento de los efectos positivos que puede aportar la suplementación de vitamina D a la ...

Dado que las enfermedades cardiovasculares siguen siendo una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial, se estudian todas las fórmulas posibles para combatirlas. En este caso, científicos norteamericanos y chinos avanzan en el conocimiento de los efectos positivos que puede aportar la suplementación de vitamina D a la salud cardiometabólica. 

La vitamina D se puede obtener de forma exógena a partir de la dieta o de suplementos, como la vitamina D3 (colecalciferol) o la vitamina D2 (ergocalciferol), y sintetizarse endógenamente como D3 en la piel. Otros factores, como el estado de magnesio, que se ha demostrado que afecta a la síntesis y el metabolismo de la vitamina D, pueden ser factores reguladores adicionales. 

Los resultados de este estudio, publicado en la revista ´Engineering´, mostraron que la vitamina D, con una dosis media de 3.320 unidades internacionales (UI) por día, ejerció efectos beneficiosos generales sobre la presión arterial, los niveles de lípidos en sangre y los parámetros glucémicos. 

Intervenciones de mayor duración

Los hallazgos destacan el potencial de intervenciones de mayor duración (tres meses o más) y dosis más altas para optimizar los resultados de salud cardiometabólica en poblaciones específicas. Asimismo, se destaca la necesidad de estrategias de intervención personalizadas para el control de la vitamina D, que tengan en cuenta características individuales como el origen etnocultural, la edad, el IMC y los niveles basales de dicha vitamina.

En este sentido, los investigadores descubrieron que los beneficios de la suplementación con vitamina D eran más pronunciados en personas con niveles basales de 25-hidroxivitamina D por debajo de 15,0 ng·mL −1 , aquellos con un índice de masa corporal (IMC) por debajo de 30 kg·m −2 y en personas mayores de 50 años o más.

A juicio de estos científicos, dichos hallazgos podrían conducir a avances significativos en la medicina preventiva y las ciencias nutricionales, lo que podría llevar al desarrollo de estrategias de salud pública más efectivas. Al adaptar la suplementación con vitamina D en función de las características individuales, los clínicos pueden mejorar la eficacia de la intervención y reducir la prevalencia de enfermedades cardiometabólicas.

Asimismo, los autores sugieren que las futuras investigaciones deberían centrarse en dilucidar los mecanismos que subyacen a estos efectos observados y los posibles beneficios de la suplementación con vitamina D en enfermedades crónicas como las enfermedades cardiovasculares. Además, se precisan otros estudios que exploren los efectos a largo plazo y los posibles riesgos asociados con la suplementación en dosis altas.

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