A nivel mundial, alrededor de 15 millones de bebés (hasta uno de cada diez) nacen prematuramente cada año y esta tasa está aumentando. Al respecto, y según datos de la Organización Mundial de la Salud, de 184 países, la tasa de nacimientos prematuros oscila entre el 5 y el 18%. En los países de bajos ingresos, la mitad de los bebés que nacen antes de las 32 semanas mueren, pero en los países de altos ingresos, la probabilidad de supervivencia es mayor.

La mayoría de los bebés prematuros pueden desarrollarse con normalidad, pero también, correr un mayor riesgo de sufrir problemas de desarrollo. Los efectos a largo plazo pueden incluir problemas de crecimiento, movimiento, visión, audición, sociales y emocionales,  parálisis cerebral , retrasos en el lenguaje, problemas dentales, dificultades de pensamiento y aprendizaje y enfermedades crónicas como el asma. A ello se suma, además, el riesgo de lesión cerebral

Al respecto, investigadores del Instituto Hudson de Investigación Médica (EEUU) han encontrado un proceso clave que puede causar dicha lesión cerebral prematura. El estudio, publicado en el ´Journal of Neuroinflammation´, fue dirigido por la Dra. Nhi Tran , científica postdoctoral en el Centro Ritchie, y la profesora asociada Flora Wong , jefa del grupo de investigación en el Instituto Hudson y la Universidad de Monash, y neonatóloga consultora en el Hospital de Niños de Monash,  analizó los efectos de la infección antes del nacimiento (inflamación intrauterina) en el cerebro prematuro, específicamente en la intersección de las neuronas y los vasos sanguíneos del cerebro, denominada "unidad neurovascular". Asimismo, evaluaron los efectos cerebrales de la dopamina, un fármaco que suele utilizarse para tratar la presión arterial baja o hipotensión en bebés prematuros. 

Terapias neuroprotectoras

El equipo investigador considera que la alteración de la unidad neurovascular es un probable contribuyente a la lesión cerebral prematura y debería ser objeto de búsqueda de terapias neuroprotectoras.

La identificación de estos procesos celulares y moleculares que contribuyen a las lesiones prematuras proporciona a los médicos información sobre los impactos de una afección clínica común y de una intervención médica en el cerebro del bebé prematuro. Estos hallazgos también resaltan la necesidad de realizar más estudios para evaluar otros tratamientos utilizados con frecuencia en bebés prematuros, a fin de informar sobre las mejores y más seguras prácticas clínicas.

"Nuestro objetivo es comprender los mecanismos subyacentes de la lesión cerebral prematura , con el fin de mejorar los tratamientos clínicos y reducir la lesión cerebral", concluyó la Dra. Tran.