La tasas de melanoma han ido incrementándose tanto en hombres como en mujeres, en los últimos años. En ambos sexos, se ha producido un aumento constante de estos tumores en la cabeza y el cuello con el aumento de la edad. Sin embargo, la evidencia científica viene demostrando que dichas ...
La tasas de melanoma han ido incrementándose tanto en hombres como en mujeres, en los últimos años. En ambos sexos, se ha producido un aumento constante de estos tumores en la cabeza y el cuello con el aumento de la edad. Sin embargo, la evidencia científica viene demostrando que dichas tasas difieren de manera constante, en lo que respecta, sobre todo, a las edades en las que aparecen los melanomas y sus ubicaciones en el organismo.
Al respecto, un nuevo estudio publicado en la ´Revista de Dermatología Investigativa´, editada por Elsevier, presenta los hallazgos de un análisis de datos de melanoma a gran escala y a largo plazo que investiga las tendencias de incidencia por edad, sexo y sitio anatómico. "Se ha observado en numerosas poblaciones que los melanomas parecen surgir a ritmos diferentes en hombres y mujeres. Decidimos investigar esta observación rigurosamente y evaluar si estas diferencias han sido constantes a lo largo del tiempo o entre generaciones utilizando datos a gran escala de registros de población para investigar las tendencias de melanoma a largo plazo en hombres y mujeres", según expuso el investigador principal, el prof. David C. Whiteman, miembro del QIMR Berghofer Medical Research Institute y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Queensland (Australia).
El equipo de investigación analizó más de 40 años de datos sobre melanomas en Queensland, Australia, Estados Unidos y Escocia. Se eligieron estas tres poblaciones porque históricamente han tenido tasas altas (Queensland), moderadas (Estados Unidos) y bajas (Escocia) de melanoma.
Diferencias entre géneros
Los investigadores comprobaron que las tasas de melanoma aumentaron en las tres poblaciones, especialmente entre las mujeres. En las mujeres de todas las poblaciones, los melanomas se apreciaron con mayor frecuencia en las extremidades, mientras que en los hombres, los melanomas se localizaron con mayor frecuencia en el tronco y la cabeza y el cuello.
En todas las poblaciones estudiadas, las mujeres presentan tasas más altas de melanoma que los hombres en etapas tempranas de la vida (hasta los ~45 años), pero los hombres desarrollan melanomas en tasas más altas que las mujeres en etapas más avanzadas de la vida (a partir de los ≥65 años).
Otros datos revelados en el estudio indican que en etapas tempranas de la vida, las mujeres presentan tasas más altas de melanomas en las extremidades inferiores que los hombres, lo que persiste hasta edades más avanzadas.
Además, en las extremidades superiores, las mujeres presentan tasas sustancialmente más altas que los hombres desde edades tempranas hasta la mediana edad (45-64 años), después de lo cual los hombres presentan tasas más altas. Por el contrario, en la cabeza, el cuello y el tronco, los melanomas se presentan con mayor incidencia en los hombres que en las mujeres en etapas tempranas de la vida. En todas las partes del cuerpo, la tasa a la que la incidencia de melanoma aumenta con la edad es mucho más rápida para los hombres que para las mujeres.
En definitiva, el estudio confirma que hombres y mujeres padecen el melanoma de distintas maneras. Si bien es probable que esto se deba a diferentes patrones de exposición al sol entre ambos géneros, parece haber diferencias inherentes en las formas en que los melanomas se desarrollan en diferentes partes del cuerpo en las mujeres en comparación con los hombres. Comprender las diferencias biológicas subyacentes podría proporcionar pistas importantes sobre la etiología de este tipo de cáncer.