Los anticuerpos monoclonales son un área creciente de la medicina, comúnmente utilizados para tratar enfermedades como el cáncer y enfermedades autoinmunes. Por lo general, estos anticuerpos se desarrollan a partir de los anticuerpos de pacientes que se han recuperado de una infección o están diseñados para reconocer y atacar un ...
Los anticuerpos monoclonales son un área creciente de la medicina, comúnmente utilizados para tratar enfermedades como el cáncer y enfermedades autoinmunes. Por lo general, estos anticuerpos se desarrollan a partir de los anticuerpos de pacientes que se han recuperado de una infección o están diseñados para reconocer y atacar un antígeno en particular.
En este terreno, un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) ha desarrollado una nueva herramienta terapéutica a base de anticuerpos monoclonales, utilizando una técnica que involucra ratones modificados genéticamente, que puede ayudar a atacar a las bacterias y prevenir infecciones. En este caso, se centraron en Acinetobacter baumannii, un patógeno bacteriano que muestra gran resistencia antimicrobiana. Las infecciones con A. baumannii suelen ocurrir después de un traumatismo, cirugía, cateterización e intubación endotraqueal, y están asociadas con una alta mortalidad y morbilidad. Dada la importancia emergente de esta bacteria, la Organización Mundial de la Salud la ha identificado, incluso,como una "prioridad crítica" para el desarrollo de nuevos antimicrobianos.
"Dada la emergencia que representa la resistencia a los antimicrobianos, estamos convencidos de que los anticuerpos monoclonales podría convertirse en una nueva y poderosa arma. Son seguros y que funcionan, y existe la tecnología para producirlos", tal como afirmó el prof. Stephen Baker, del Instituto de Inmunología Terapéutica y Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Cambridge.
Así y como se expone en ´Nature Communications´, el equipo produjo anticuerpos monoclonales utilizando ratones modificados genéticamente para que tuvieran un sistema inmunológico similar al humano, que produce anticuerpos humanos en lugar de anticuerpos de ratón. Seguidamente, demostraron que estos anticuerpos monoclonales eran capaces de prevenir la infección con A. baumannii derivada de muestras clínicas.
El sistema utilizado por el equipo de Cambridge se expuso a la membrana externa de la bacteria A. baumannii , lo que desencadenó una respuesta inmunitaria en ratones transgénicos. A continuación, los investigadores aislaron casi 300 anticuerpos diferentes y probaron cuál de ellos era el más eficaz para reconocer bacterias vivas, identificando el anticuerpo monoclonal mAb1416 como el más adecuado. "Con este método no infectamos a los ratones con bacterias vivas, sino que los inmunizamos con múltiples elementos diferentes y dejamos que el sistema inmunológico del ratón determine contra cuáles desarrollar anticuerpos. Como estos ratones tienen sistemas inmunológicos ´humanizados´, no necesitaríamos rediseñar los anticuerpos para que funcionen en humanos", explicó el prof. Baker.
"Con dicha técnica se puede tomar cualquier antígeno bacteriano o cóctel de antígenos, en lugar de esperar a alguien que se haya recuperado de una infección particular (y que se supone que ha desarrollado una respuesta de anticuerpos apropiada), dárselo a los ratones y extraer los anticuerpos que se consideran más importantes", agregó dicho investigador.
Los autores de este trabajo consideran necesario seguir investigando para comprender el mecanismo por el que el anticuerpo monoclonal mAb1416 protege contra la infección, "ya que esto podría permitir desarrollar un tratamiento aún más eficaz", concluyeron.