El deterioro cognitivo posterior a un accidente cerebrovascular sucede en hasta el 70% de los pacientes y con frecuencia persiste a largo plazo, lo que puede provocar al afectado discapacidad, aislamiento social y reducción de la calidad de vida. Por lo general, el funcionamiento ejecutivo y el lenguaje son puntos cognitivos comúnmente afectados en pacientes con accidente cerebrovascular agudo que también predicen resultados funcionales, neuropsicológicos y emocionales en el tiempo.

En este terreno, investigadores de la Universidad de Queensland (UQ) (Australia), tras 12 años de investigación, han desarrollado una herramienta de evaluación cognitiva rápida que puede detectar necesidades de rehabilitación que, a menudo, se pasan por alto en personas que han sufrido un accidente cerebrovascular.

"Las pruebas convencionales para detectar discapacidades posteriores a un accidente cerebrovascular pueden llevar de 2 a 3 horas, o la mayoría de los exámenes breves solo detectan discapacidades graves", según la prof. Gail Robinson, investigadora clínica del Instituto del Cerebro de Queensland de la UQ.  "Los deterioros en el lenguaje proposicional y en las habilidades de la función ejecutiva afectan todos los aspectos. Si estos impedimentos no se identifican en el hospital, los pacientes pueden regresar a casa y encontrar dificultades para relacionarse, gestionar las tareas diarias o volver al trabajo", agregó dicha investigadora.

Los investigadores estudiaron a 88 pacientes que habían sufrido un accidente cerebrovascular durante las 7 semanas siguientes al mismo y compararon los resultados de sus pruebas con los de 116 individuos sanos de la misma edad.

La prueba desarrollada por estos expertos, bajo el nombre de ´Bels´, se realiza con el paciente encamado y que solo lleva entre 20 y 30 minutos, pero, según sus responsables, "es completa y adecuada para todos los pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular". De esta forma, puede detectar alteraciones en el habla conversacional y en habilidades mentales complejas que pueden verse afectadas ante estas circunstancias.

El equipo de la UQ se encuentra diseñando, además, una prueba similar para evaluar las habilidades cognitivas de personas con tumores cerebrales y demencia.