Con la misma prueba, un niño recibe cuatro veces más radiación que una persona adulta si no se utiliza la técnica apropiada.
Más de 150 expertos, entre especialistas en radiodiagnóstico, especialistas en radiofísica y pediatras, están debatiendo, hasta el 28 de febrero en Madrid, los aspectos diferenciales de la radiología en niños, además de analizar las implicaciones que la nueva legislación europea sobre protección radiológica va a tener en la radiología pediátrica ...
Más de 150 expertos, entre especialistas en radiodiagnóstico, especialistas en radiofísica y pediatras, están debatiendo, hasta el 28 de febrero en Madrid, los aspectos diferenciales de la radiología en niños, además de analizar las implicaciones que la nueva legislación europea sobre protección radiológica va a tener en la radiología pediátrica (Directiva 2013/59/EURATOM). En este sentido, los Estados miembros tienen de plazo hasta el 6 de febrero de 2018 para trasponer a su legislación nacional esta nueva directiva que considera la exposición médica de los niños como una practica especial. Esto implica que deben utilizarse equipos adecuados y prestar especial atención a los programas de garantía de calidad y verificación de las dosis de radiación que reciben, especialmente en pruebas médicas de diagnóstico que impliquen altas dosis como la Tomografía Computarizada (TC) o la radiología intervencionista.
La doctora Gloria Gómez Mardones, responsable de Asuntos Profesionales de SERAM, ha señalado que “partimos de la base de que el paciente pediátrico es diferente al paciente adulto, y por tanto, las pruebas de imagen médica deben adaptarse al niño. Con la misma prueba un niño puede recibir hasta cuatro veces más radiación que un adulto si no se utiliza la técnica apropiada”. Por ello, la doctora recuerda que los niños son diferentes a los adultos, ya que son más pequeños, están en constante crecimiento, sus órganos son más radiosensibles y tienen mayor esperanza de vida. Así, los expertos consideran que es de máxima importancia que los protocolos técnicos utilizados se ajusten al tamaño y características del paciente. En el caso de los niños, esto requiere una atención especial, ya que su constitución física varía mucho según el rango de edad considerado como edad pediátrica.
Y aunque los médicos prescriptores ya están muy sensibilizados con los riesgos asociados a las pruebas médicas que emiten radiación ionizante, la nueva legislación europea fija criterios más estrictos en cuestiones como el establecimiento de las dosis de referencia para cada prueba, la justificación de las mismas y la información que hay que proporcionar a los pacientes. Al respecto de las dosis de referencia, la doctora Mª Luisa España, jefe de Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica del H.U. de La Princesa y ex presidenta de SEPR (Sociedad Española de Protección Radiológica), advierte que “obtener una imagen apta para el diagnóstico con una dosis tan baja como razonablemente sea posible en base al principio ALARA (As Low As Reasonably Achievable - Tan bajo como sea razonablemente posible), implica que no hay límite de dosis para el paciente, ya que cada paciente por sus características puede recibir una dosis de radiación diferente en un mismo procedimiento”.