Científicos de la Universidad de Umeå han examinado una cohorte de más de 100.000 personas sin historial de cáncer previo, hallando que la ocurrencia de un primer tromboembolismo venoso (TEV) se asocia a mayor riesgo de cáncer, especialmente en los 6 meses siguientes, declinando rápidamente después. El TEV también multiplicó ...
Científicos de la Universidad de Umeå han examinado una cohorte de más de 100.000 personas sin historial de cáncer previo, hallando que la ocurrencia de un primer tromboembolismo venoso (TEV) se asocia a mayor riesgo de cáncer, especialmente en los 6 meses siguientes, declinando rápidamente después. El TEV también multiplicó por 6 el riesgo de muerte, siendo ambos riesgos mayores en las mujeres.
Lovisa Hägg, directora del estudio, afirma que los tipos de cáncer más frecuentemente diagnosticados fueron el de próstata y el colorrectal, sin diferencias significativas en el riesgo entre pacientes con trombosis venosas profundas en las piernas o embolia pulmonar. La similitud de riesgo en ambas poblaciones es consistente con observaciones previas y con la noción de que las personas que experimentan una trombosis en las extremidades inferiores presentan mayor propensión a sufrir embolia pulmonar y viceversa, asegura la investigadora.
Hägg prosigue indicando que aunque estudios previos han establecido relaciones de riesgo similares a las ahora halladas, la deficiente clasificación del TEV en los registros ha dificultado una estimación fiable. La científica señala que hasta el 30% de los TEV son consecuencia del cáncer en el momento del diagnóstico, posiblemente debido a la activación del sistema de coagulación por las células cancerosas, daño a las paredes vasculares o alteraciones del flujo hemodinámico, como consecuencia del crecimiento tumoral. Sin embargo, los actuales hallazgos no permiten concluir una relación de causalidad entre el TEV y la mortalidad, ya que el estudio no consideró comorbilidades distintas del cáncer, concluye Hägg.