La nueva variante del virus mpox, también conocida como la viruela del mono está poniendo en riesgo la salud de los niños, sobre todo, en determinadas regiones del mundo, debido a su potencial de transmisión, especialmente, entre este grupo poblacional, más aún en aquellos desnutridos o afectados por otras enfermedades que, además, ...
La nueva variante del virus mpox, también conocida como la viruela del mono está poniendo en riesgo la salud de los niños, sobre todo, en determinadas regiones del mundo, debido a su potencial de transmisión, especialmente, entre este grupo poblacional, más aún en aquellos desnutridos o afectados por otras enfermedades que, además, son más vulnerables a las complicaciones del mpox.
En lo que va del año se han notificado casi 22.000 casos sospechosos y confirmados de mpox, de los cuales el 60% corresponden a niños menores de 15 años. En concreto, el pasado mes de agosto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el aumento de casos de mpox en la República Democrática del Congo (RDC) y en un número creciente de países de África constituía una emergencia de salud pública de interés internacional, debido a su potencial de transmisión más amplia.
Precisamente, el 80% de las más de 700 muertes relacionadas con mpox corresponden a niños, en particular en comunidades marginadas, sobre todo, en la República Democrática del Congo. La vulnerabilidad de la población infantil en dichas zonas se ve agravada por el acceso limitado a la atención sanitaria, el saneamiento y la higiene. La desnutrición y otras enfermedades infantiles comunes, así como el desplazamiento, agravan aún más la crisis.
Búsqueda de nuevas vías de actuación
UNICEF, la agencia de Naciones Unidas que trabaja para defender los derechos de la infancia, está inmersa en el abordaje de dicha crisis y en la búsqueda de nuevas vías que permitan ofrecer un enfoque integrado para interrumpir la transmisión activa de la enfermedad, prevenir daños secundarios a los niños y apoyar los esfuerzos de preparación.
Su objetivo, en principio, es lograr llegar a los niños afectados por el brote en Burundi, República Centroafricana (RCA), RDC, Kenia, Ruanda y Uganda, donde la actual variante está aumentando y donde miles de niños corren riesgo de infección, complicaciones secundarias y estigma social.
En este marco de actuación, sus líneas de actuación se centran, entre otras, en prestar apoyo a las autoridades de salud y educación en la planificación e implementación de estrategias de respuesta, así como en involucrar a las comunidades, abordar el estigma y generar confianza mediante la capacitación de los trabajadores de primera línea y la creación de ciclos de retroalimentación.
El control de infecciones es otro de sus objetivos, mejorando la prevención de infecciones en hogares, comunidades, escuelas e instalaciones de salud mediante el suministro de materiales de higiene y la capacitación de padres, líderes comunitarios y maestros. A ello se suma el incremento de la vacunación, apoyando la distribución y el suministro de vacunas brindando capacitación, suministros, logística y gestión de la cadena de frío, al mismo tiempo que se mantienen las vacunaciones infantiles de rutina esenciales.
Asimismo, considera fundamental el apoyo psicosocial y de salud mental específico a niños y cuidadores y abordar el estigma y la discriminación, además de garantizar el acceso continuo a los servicios esenciales, incluidos los servicios sociales, de protección y de salud, y asegurar que los centros de aislamiento de mpox acojan a niños y mujeres con atención familiar, brindándoles apoyo nutricional, suministros médicos y pruebas de diagnóstico rápido.