El Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic), junto con el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba y la empresa VivaCell darán inicio próximamente a un ensayo clínico, en fase II, que ha sido autorizado por la Agencia Europea del Medicamento, para el tratamiento de pacientes con enfermedad arterial ...
El Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic), junto con el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba y la empresa VivaCell darán inicio próximamente a un ensayo clínico, en fase II, que ha sido autorizado por la Agencia Europea del Medicamento, para el tratamiento de pacientes con enfermedad arterial periférica que permitirá revertir la enfermedad, lo cual reducirá las amputaciones que se realizan a quienes padecen dicha dolencia.
Según ha informado el Imibic en una nota, la enfermedad arterial periférica afecta a más del 20 % de los mayores de 70 años, y reduce el flujo sanguíneo en las extremidades inferiores de los pacientes que la sufren, llegando a perder la funcionalidad total y, en algunos casos, llegándose a la amputación de los miembros.
El tratamiento actual de esta patología consiste fundamentalmente en el control de los síntomas (claudicación intermitente, dolor y úlceras) y en retrasar la progresión de la enfermedad. Es una patología en constante crecimiento (237 millones de personas en 2015) y que carece de una cura, ya que todas las medidas de tratamiento van dirigidas a mejorar la sintomatología del paciente.
Estos pacientes precisan, en la mayoría de los casos, múltiples intervenciones de revascularización, curas prolongadas en el tiempo de las úlceras por personal cualificado y, muchos de ellos, finalizan el proceso con la amputación.
Este ensayo clínico, originado por el catedrático de la Universidad de Córdoba (UCO), Eduardo Muñoz, junto al jefe de Cirugía Cardiovascular del Hospital Universitario Reina Sofía, el doctor Ignacio Muñoz Carvajal, ambos investigadores del Imibic, y la empresa VivaCell Biotechnology España, evaluará una molécula cannabioide con el objetivo de revertir o retrasar al máximo el avance la enfermedad, reduciendo complicaciones derivadas de la enfermedad circulatoria periférica y mejorando considerablemente la calidad de vida de los pacientes, al evitar el alto número de intervenciones y curas y, en muchos casos, la necesidad de que se produzca amputación.