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La SEC y la FEC elaboran una estrategia europea de salud cardiovascular

La OMS avisa que sobre el 80% de las muertes por enfermedades cardiovasculares podrían prevenirse. Partiendo de esta premisa, expertos indican que resulta esencial un cambio de paradigma en el abordaje y en la prevención de estas patologías.

02/10/2024

La Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Fundación Española del Corazón (FEC) han llamado este viernes a elaborar una estrategia europea de salud cardiovascular que priorice la prevención de las enfermedades cardiovasculares ante el importante desafío que suponen estas patologías a nivel global. Lo han hecho en las jornadas ...

La Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Fundación Española del Corazón (FEC) han llamado este viernes a elaborar una estrategia europea de salud cardiovascular que priorice la prevención de las enfermedades cardiovasculares ante el importante desafío que suponen estas patologías a nivel global. Lo han hecho en las jornadas `Por el corazón de Europa´, celebradas en la oficina del Parlamento Europeo en España, con motivo del Día Mundial del Corazón. El encuentro, que ha contado con la colaboración de Novartis, también ha servido para repasar los pasos que se están dando para avanzar hacia una Estrategia Europea de Salud Cardiovascular. 

Más de 1,7 millones de personas fallecieron en 2021 en Europa por enfermedades  cardiovasculares, según los últimos datos disponibles en Eurostat. En España, según el  Instituto Nacional de Estadística (INE), se produjeron en 2022 más de 120.000  fallecimientos por esta causa, siendo responsables estas patologías del 26,1% del total  de defunciones. 

Sin embargo, el 80% de las muertes prematuras por enfermedades cardiovasculares pueden prevenirse, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En este sentido, el Dr. Andrés Íñiguez, presidente de la FEC, ha subrayado la necesidad de un cambio de  paradigma: "Frente al modelo clásico centrado en el abordaje y tratamiento de la  enfermedad, deben priorizarse nuevas estrategias basadas en la prevención, mediante  la educación y la promoción de la salud a través de estilos de vida saludables desde la  infancia". 

Precisamente ese es uno de los puntos fuertes de la Estrategia en Salud Cardiovascular  del Sistema Nacional de Salud (ESCAV). España es el único país que cuenta con una  estrategia de este tipo, cuyo fin es mejorar el nivel de salud cardiovascular de la población  mediante un abordaje integral. Se trata de un plan muy ambicioso y pionero, no solo en  Europa sino en todo el mundo, y es necesario avanzar en su implementación.

"Pese a la gran importancia de la investigación en la prevención de las enfermedades  cardiovasculares, quizá nuestro mayor reto sea conseguir aplicar en la población lo que  ya sabemos. De hecho, los datos sobre la prevalencia de los diferentes factores de riesgo  cardiovascular en la población española aún tienen un claro margen de mejora", ha  señalado el Dr. José Tuñón, del Comité Ejecutivo de la Sociedad Española de Cardiología  (SEC). 

Durante su participación, Susana Solís, eurodiputada de EPP, ha añadido que "en el  Parlamento Europeo estamos impulsando una estrategia europea de salud  cardiovascular, un reto fundamental para mejorar la calidad de vida en Europa y reducir  las desigualdades entre países. Es crucial implementar planes que aborden el impacto  de las enfermedades cardiovasculares. La prevención es clave, y esto pasa por  concienciar sobre los riesgos y fomentar los cribados en atención primaria. En España,  somos el primer país de la Unión Europea en poner en marcha un plan nacional para las  enfermedades cardiovasculares". 

Por su parte, José Cepeda, eurodiputado de S&D, ha puntualizado que "cuando hablamos de salud cardiovascular, debemos priorizar por encima de la política, con un planteamiento común y estratégico. España es pionera en la puesta en marcha de un plan para enfermedades cardiovasculares, y es importante que siga desarrollándose.También debemos pensar en ciudades sanas, con espacios para caminar y hacer deporte, y evitar el consumo de productos nocivos". 

Asimismo, Margarita de la Pisa, eurodiputada de PfE, ha añadido que "la comparativa entre países nos puede dar luz sobre qué pequeños gestos o acciones en las carteras de  servicios han repercutido en una mejor salud cardiovascular. Dado que es una de las  principales causas de muerte, es imprescindible que estas medidas estén como rutina para evitar fallecimientos. Queremos una estrategia europea cardiovascular similar a la que se hizo contra el cáncer, con un trabajo exhaustivo y colaborativo entre sociedades médicas, pacientes y políticos para obtener resultados que impacten en la salud de cada Estado miembro". 

Para finalizar, Natividad Calvente, directora de Asuntos Públicos de Novartis España, ha  destacado que "la prevención de las enfermedades cardiovasculares debe ser una  prioridad que tenemos que abordar como sociedad. Por ello, conocer nuestro riesgo  cardiovascular es clave. En el marco de las iniciativas que se impulsen en esta línea no  debemos olvidarnos de la prevención secundaria. Las personas que han sufrido un evento  cardiovascular necesitan un SNS que los acompañe, que minimice el riesgo de un segundo evento y las secuelas que éste ha generado con el consecuente impacto en su calidad de vida. Como compañía comprometida con los pacientes y la salud de las personas seguiremos trabajando y colaborando con todos los agentes para conseguirlo"

Las enfermedades cardiovasculares: un importante desafío sanitario 

Las enfermedades cardiovasculares suponen uno de los principales retos de salud a nivel  global, siendo la primera causa de muerte en el mundo (con casi 18 millones de  fallecimientos al año), en Europa (más de 1,7 millones de fallecimientos) y en España.  

En 2022, en nuestro país murieron por esta causa 121.341 personas, representando un  26,1% del total de defunciones, según los últimos datos completos del Instituto Nacional  de Estadística (INE).  

Junto con su repercusión en salud, las enfermedades cardiovasculares tienen un  importante impacto económico. La economía de la UE perdió 210.000 millones de euros  a causa de estas patologías: el 53% de ellos corresponden a costes de atención sanitaria, el 26% a pérdidas en productividad y el 21% a costes de atención informal a personas  con enfermedad cardiovascular.

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