Publicidad
Publicidad

Identificado un biomarcador circulante de progresión en el cáncer de esófago

Un estudio vincula la gelsolina plasmática a cambios histológicos adversos en el microambiente tumoral y resistencia a las terapias.

08/10/2024

Investigadores de diversos centros de Taiwán han determinado que los niveles circulantes de la proteína gelsolina disminuyen con la progresión del carcinoma esofágico escamoso. En el análisis de más de 170 pacientes esta reducción fue manifiesta en los que presentaban enfermedad en estadios III-IV, en comparación los estadios I-II, siendo ...

Investigadores de diversos centros de Taiwán han determinado que los niveles circulantes de la proteína gelsolina disminuyen con la progresión del carcinoma esofágico escamoso. En el análisis de más de 170 pacientes esta reducción fue manifiesta en los que presentaban enfermedad en estadios III-IV, en comparación los estadios I-II, siendo los niveles en este último grupo similares a los de individuos sanos. Los científicos también hallaron que la expresión de gelsolina en el tejido tumoral es menor en los pacientes con respuesta pobre a la quimio- y radioterapia, con la consiguiente repercusión sobre la supervivencia global y libre de enfermedad, que disminuyeron. 

Yi-Ching Wang, investigador de la Universidad Nacional Cheng Kung y codirector del estudio, afirma que la gelsolina plasmática ofrece valor como biomarcador pronóstico, independientemente de otros factores clínicos, tales como la presencia de metástasis. El papel oncosupresor de esta proteína pudo ser sustanciado en células tumorales in vitro, en las que la sobreexpresión de gelsolina por métodos artificiales redujo la capacidad proliferativa y migratoria tanto en las células resistentes como en las sensibles, asegura el científico. 

Wang prosigue indicando que los niveles circulantes de gelsolina se correlacionaron inversamente con la expresión de proteínas propias de los fibroblastos asociados al tumor, tales como el colágeno de tipo I y la actina alfa del músculo liso, vinculados a la resistencia asociada a la fibrosis en estudios previos. El actual trabajo también establece que la gelsolina circulante compite con la tenascina C, un conocido factor tumorigénico, por la unión a una integrina, reduciendo con ello la señalización pro-oncogénica. En su conjunto, los hallazgos identifican a la gelsolina como biomarcador no invasivo, con potencial adicional como diana terapéutica en el cáncer de esófago, concluye Wang.

Publicidad
Publicidad