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"La ciencia es una herramienta. Lo bueno o lo malo dependerá del buen o mal uso que demos de ella"

En el marco del seminario `Mala ciencia y Medicina alejada de la evidencia´, expertos han destacado la importancia de enseñar pensamiento crítico desde la infancia, especialmente en una época en la que prima la sobreinformación. Además, también inciden en apostar por guías que garanticen una mejora en la transparencia y la calidad para generar confianza en la población.

10/10/2024

El 10 de octubre se ha celebrado el seminario Mala ciencia y Medicina alejada de la evidencia. En él, el Dr. José Ramón Repullo Labrador, profesor emérito de Planificación y Economía de la Salud de la Escuela Nacional de Sanidad, ha destacado que "hay que empezar a enseñar pensamiento crítico ...

El 10 de octubre se ha celebrado el seminario Mala ciencia y Medicina alejada de la evidencia. En él, el Dr. José Ramón Repullo Labrador, profesor emérito de Planificación y Economía de la Salud de la Escuela Nacional de Sanidad, ha destacado que "hay que empezar a enseñar pensamiento crítico desde pequeños". "Hay un desconocimiento tremendo en la sociedad", ha alertado. "Se genera tanta información científica que hay que compilarla para que esté disponible de manera efectiva. Esto tiene que requerir una inversión de los poderes públicos". Y ha proseguido, "además el viento sopla a favor para que la tecnología suplante al profesional, pero se pierde la cercanía". En definitiva, "hay que seguir queriendo la buena ciencia, como lo hacíamos desde siempre". 

De fondo

Durante la jornada, el Dr. Ferrán Catalá López, Científico del Centro de Ciencias Humanas y Sociales, CSIC, ha hablado desde la perspectiva del científico. Así, ha opinado que "la ciencia es una herramienta. Lo bueno o lo malo dependerá del buen o mal uso que demos de ella". Así, "un aspecto crucial de la "mala" ciencia que ha menudo pasa desapercibido es la falta de transparencia". En este contexto, "la actitud científica es lo que distingue a la ciencia de sus detractores (negacionismo, pseudociencia…)". También ha matizado que 5 de cada 10 estudios no presentan resultados en el registro EUCTR al año de finalizarse, según datos de 2018, con lo que no se cumple la ley. A fecha de ayer, la cifra aumenta considerablemente. 

Así, ha adelantado, "la IA nos va a cambiar la forma de trabajar en salud". "Desde hace años se está trabajando en mejorar la transparencia, y para ello tenemos guías para orientar al investigador. Somos críticos. En definitiva, las guías para presentar investigación pueden ayudar a mejorar la calidad y transparencia".  

El experto ha comentado el clima en el que se muestran los investigadores. En este sentido, ha indicado, "la cantidad de publicaciones es una "moneda de cambio" en la investigación". Y es que "para hacer que la investigación pase de la cantidad a la calidad hay que ir más allá de declaraciones de buenas intenciones". 

Para concluir, ha preguntado ¿la investigación biomédica es buena para la salud? "debería, gran parte de la investigación si lo es, pero la mala ciencia puede producir daño a la población. Por ello, se necesita promover buenas prácticas, modificando las anticuadas ampliamente establecidas y fomentar la colaboración".

La mala conducta científica tiene consecuencias directas para la salud de la población

Por su parte, la Dra. Cristina Candal Pedreira, Enfermera e investigadora en Epidemiología y Salud Pública, ha abordado la mala conducta científica.  En este contexto, ha informado que "desde hace años se habla mucho del fraude en ciencia, llegando éste a la población". Así, ha descrito: ¿qué es y cómo surge y tipos recientes. "La ética es clave", recordando que "la investigación termina cuando se difunde y publica un artículo científico. Eso también se tiene que hacer con principios éticos", matiza. "Hay bastantes retractaciones en los artículos científicos. Éstas pueden ser por un error o por una mala conducta científica, la más prevalente", ha especificado. Así, "es muy complicada de medir la mala conducta científica". 

Por otro lado, "el Ministerio de Ciencia e Innovación cuenta en 2023 con el mayor presupuesto en I+D+I". 

También ha destacado que, en otros sectores, se adapta la oferta a la demanda, pero en investigación ¿se puede publicar ilimitadamente?, se ha preguntado. Todo ello está impulsado, expresa, por los beneficios de la publicación y la carrera académica. "Ahora se está creando una presión por publicar y no hay que olvidar que es uno de los negocios más lucrativos". "Las revistas depredadoras son las engañosas y frecuentemente falsas que parecen legítimas con revisión por pares e impactan en el mundo académico y, en ocasiones, su coste de publicación es inferior al de otras revistas. Además, su identificación es difícil, ya que cada vez son más sofisticadas".

Para concluir, ha destacado que, además, "hay nuevas formas de malas conductas científicas. Se diversifican con el tiempo". Los paper mil son organizaciones con ánimo de lucro que se dedican a producir manuscritos científicos en masa, la gran mayoría fabricados o plagiados, para venderlos a investigadores, ha informado, así supone la manipulación sistemática y la inclusión masiva de evidencia científica fabricada en la literatura. 

La importancia del papel de la comunicación

El D. Álvaro García Torres, Coordinador de Comunicación de la Organización Médica Colegial, se ha adentrado en el papel de la información. ¿Qué papel juegan las organizaciones profesionales?  "La pandemia COVID 19, nos mostró el impacto que puede tener una comunicación precisa para desmentir rumores y dirigir a la población hacia decisiones informadas". Y prosigue "tampoco hubiera sido posible sin periodistas científicos especializados y sin los departamentos de comunicación de las organizaciones". 

En el contexto actual hay "negacionismo, intereses económicos, redes sociales y pseudomedios, interés políticos o antivacunas". Así, tiene que haber un compromiso ético. La lucha contra la desinformación manifiesta, o el fomento de la ciencia en el ámbito de la comunicación responde al compromiso ético y deontológico de la profesión médica. "Tiene que haber un doble objetivo: reducir el impacto de desinformación en la salud pública y fomentar la ciencia, así como la salud desmontando el negacionismo".

En definitiva, insta, "está en juego la salud y la credibilidad e influencia de las instituciones. Necesitamos más ciencia y periodismo de verdad".

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