Científicos de diversos centros estadounidenses han diseñado una estrategia para reprogramar los macrófagos hacia el fenotipo proinflamatorio M1, el cual favorece la inmunidad antitumoral. El nuevo método, evaluado en ratones, se basa en la incubación secuencial de macrófagos obtenidos de la médula ósea, primero con el inhibidor de la histona-deacetilasa ...
Científicos de diversos centros estadounidenses han diseñado una estrategia para reprogramar los macrófagos hacia el fenotipo proinflamatorio M1, el cual favorece la inmunidad antitumoral. El nuevo método, evaluado en ratones, se basa en la incubación secuencial de macrófagos obtenidos de la médula ósea, primero con el inhibidor de la histona-deacetilasa (HDAC)-6 nexturastat A y luego con los factores polarizadores interferón-gamma y lipopolisacárido bacteriano. La inyección intratumoral de estos macrófagos en un modelo de melanoma, en conjunción con la administración intraperitoneal de nexturastat A, indujo una respuesta antitumoral óptima, con el consiguiente incremento de la supervivencia de los animales.
Así lo afirma Alejandro Villagra, investigador del Lombardi Comprehensive Cancer Center y director del estudio, quien prosigue indicando que, in vitro, nexturastat A presenta una toxicidad mínima, en comparación con la misma concentración de panobinostat, inhibidor inespecífico de las HDACs, ya autorizado para uso clínico. El científico prosigue indicando que el incremento en la proporción entre macrófagos M1 y M2 observado en los experimentos es un indicador de inmunidad antitumoral, como pudo confirmarse en el análisis de datos de pacientes, en los que la mayor infiltración del tumor por macrófagos que expresan marcadores del fenotipo M1 se asoció a mayor supervivencia global.
Notablemente, la actividad in vivo de esta nueva terapia celular pudo ser confirmada en ratones portadores de melanomas humanos con la mutación BRAF V600E. Villagra concluye señalando que la inhibición de la HDAC6 ex vivo es un paso clave en el éxito de la terapia celular adoptiva basada en macrófagos, ya que, inyectadas en el tumor, estas células inmunitarias presentan una tendencia natural a diferenciarse en el fenotipo M2, de rasgos inmunosupresores.