Causas multifactoriales, rechazo inicial, un amplio abanico de consecuencias, tratamiento biopsicosocial, superación, apoyo familiar... todos estos y muchos elementos más forman parte de los TCA, una enfermedad mental grave. Si bien es la que tiene mayor mortalidad en este ámbito, se cura en el 70% de los casos. Todos estos ...
Causas multifactoriales, rechazo inicial, un amplio abanico de consecuencias, tratamiento biopsicosocial, superación, apoyo familiar... todos estos y muchos elementos más forman parte de los TCA, una enfermedad mental grave. Si bien es la que tiene mayor mortalidad en este ámbito, se cura en el 70% de los casos. Todos estos temas y muchos más se han abordado durante el Sant Pau Talks `Quan menjar fa por. Els trastorns de la conducta alimentària més enllà de la imatge´.
Los TCA, una enfermedad mental que requiere un abordaje biopsicosocial
"Me sigue sorprendiendo que una enfermedad mental sea tan antinatural, que puedas llegar a morir de inanición o de tantos vómitos que se te para el corazón, por un miedo a ganar peso. ¿Cómo puede ser que el cerebro haga eso?", dice la Dra. Mar Carceller, responsable de la Unidad de Trastornos la Conducta Alimentaria de Sant Pau. "Es una patología mental donde la persona no decide no comer, o vomita porque quiere estar delgada, sino al contrario. La persona no tiene la voluntariedad de hacer esto".
Las causas del TCA son múltiples y complejas. "Existen factores biológicos: hay una predisposición genética que puede aumentar el riesgo de desarrollar un TCA. También hay factores psicológicos, determinados rasgos de personalidad -como el perfeccionismo, la necesidad de control o la desregulación de las emociones", explica el Dr. Narcís Cardoner, director del Servicio de Psiquiatría de Sant Pau. Y factores sociales y culturales, "la necesidad de seguir un ideal de belleza"
Por ello, el modelo de trabajo de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria de Sant Pau es multidisciplinar y biopsicosocial. Es decir, que abarca las 3 vertientes: biológica, psicológica y social. La Unidad y el Hospital de Día de TCA se crearon en 1999 para atender a personas adultas y, actualmente, el Hospital de Sant Pau realiza unas 430 primeras visitas anuales y, a nivel global, unas 1.800. En 2015 recibía 200 derivaciones y hoy casi 450. Un 40% de los pacientes tienen más de 35 años. Incluso una paciente con 74 años que lleva 58 con un TCA y está en tratamiento.
En las últimas décadas ha habido un aumento de los TCA, sobre todo de la anorexia nerviosa y la bulimia y también de los atracones, "el ´emotional eating" y de los cuadros no especificados, como la bulianorexia. "Ahora en todas las aulas de la ESO o el Bachillerato hay 1 o 2 personas con TCA, cuando en los 90, por ejemplo, había 1 o 2 casos en todo el colegio", según el Dr. José Soriano, psiquiatra coordinador de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria de Sant Pau.
`Quan menjar fa por. Els trastorns de la conducta alimentària més enllà de la imatge´ forma parte de un ciclo de conferencias que el Hospital de Sant Pau organiza como foro de difusión y debate abierto a la ciudadanía sobre enfermedades y temas de salud clave con expertos de renombre y la experiencia de los pacientes y sus familias con un enfoque dinámico e interactivo, dentro del eje estratégico #MésComunitat. Esta cuarta conferencia ha contado con el ex piloto Àlex Crivillé y su hija Maria, la cantante Paula Valls, autora del disco "Començar de nou" sobre su recuperación de la anorexia, y la Dra. Mar Carceller, responsable de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria de Sant Pau. Cristina Puig, responsable de Contenidos Estratégicos de Sant Pau, ha moderado el acto y, al final, ha proyectado el documental `Emma quiere vivir´.
Trastornos que pueden aparecer a cualquier edad
Los TCA pueden aparecer a cualquier edad, si bien hay un pico en la adolescencia, sobre todo en la anorexia. "Es cuando el cuerpo cambia, empieza a haber más presión social, la persona quiere sentirse integrada...", explica la Dra. Cristina Carmona, psicóloga de la Unidad de TCA de Sant Pau. "La bulimia suele aparecer más tarde, de los 20 a los 30 años, pero también en niñas de 12 años y en mujeres de 60. Y en el trastorno por atracones, el mayor pico es entre los 30 y 40 años".
Maria Crivillé ha explicado que el momento clave fue el cambio de escuela y el acoso. "Empezó con un `Maria, estás gorda´, y el comportamiento de mis compañeros. Si el problema era que estaba gorda, pues perdiendo peso se acabaría el acoso". Primero fue anorexia y después la bulimia. En casa no dijo nunca nada, porque no era consciente de que estaba enferma y no había oído hablar de los TCA. Al inicio rechazó el diagnóstico y "estaba enfada con su madre y el médico".
El TCA de Paula Valls, quien ha interpretado la canción PV_01 en uno de los momentos más emotivos del acto, debutó en plena pandemia, al quedarse sin trabajo. "Perdí el control. Tengo una personalidad obsesiva que pasó de la música a la comida". Según la Dra. Carceller es uno de los factores de riesgo, entre muchos otros. Paula no comía y siempre había alguna excusa: "el TCA vive con la mentira". Bautizó a su TCA con el nombre de Filomena.
Maria estuvo ingresada y Paula en el Hospital de Día. El tratamiento de los TCA es, mayoritariamente, ambulatorio. "Tratamos un trastorno mental que afecta a toda la vida del paciente, que es donde tienes que funcionar bien", según la Dra. Carceller. Es clave que los pacientes se mantengan integrados en su entorno comunitario. "Puedes hacerlo muy bien durante el ingreso o en el Hospital de Día, pero si no eres capaz de extrapolar eso a tu vida diaria, realmente no estarás curado". Además, existen los grupos ambulatorios, con los pacientes y los familiares, y los grupos de mantenimiento, donde se alarga el seguimiento del paciente hasta 1 año. El Hospital de Día trata a los pacientes más graves o que ambulatoriamente no han podido realizar el tratamiento, que requieren mayor contención o que no tienen un entorno familiar.
Hace unos años, el criterio de alta para los pacientes con un TCA era alcanzar un IMC de 18,5. "Esto no sirve de nada", dice la Dra. Carceller. "En Sant Pau no somos pesocentristas. Hasta que no alcanzas tu peso genético el cerebro no desconecta el mecanismo del TCA. Alcanzarás el peso que debas alcanzar. Cambiar el peso genético es como querer cambiar la talla de pie".
La Dra. Carmona afirma que la familia es crucial y, de hecho, "en Sant Pau nos gusta mucho trabajar con los familiares. Por dos razones. La primera, porque sufren mucho y queremos aportarles esta atención y ayuda que necesitan. Y, la segunda y más clara, porque son un pilar clave en la recuperación, un recurso crucial. También les ayuda a entender el TCA y podemos darles pautas de cómo gestionarlo. Con ellos, las mejoras se aceleran mucho y se mantienen".
Àlex Crivillé, padre de Maria, "no sabía si era culpa nuestra y fue muy complicado entenderlo. Incluso ahora no lo acabo de entender del todo y siempre convives con el ay, ay". El sentimiento de culpa de los padres es muy alto. Si bien "nos ayudan mucho y que el TCA se cura, depende del paciente", afirma la Dra. Carceller. Lluïsa, madre de Paula, pensaba "qué he hecho mal, qué se me ha escapado... por las noches lloras de impotencia". Ambas familias recibieron apoyo psicológico.
Los expertos señalan que, a mayor tiempo de enfermedad no tratada, más complicaciones, más resistencias, más secuelas a largo plazo. Y es muy complicado un paciente que al principio no quiere tratarse. Las consecuencias de los TCA pueden ser múltiples a nivel físico: desnutrición con repercusiones cardiovasculares o renales, por ejemplo, osteoporosis, alteraciones ginecológicas como la amenorrea, que en casos extremos pueden conllevar un riesgo vital y en ocasiones causar la muerte. También a nivel mental pueden desarrollar depresión, ansiedad, también es frecuente la presencia de trastornos de tipo obsesivo. Y conductas lesivas o suicidas. Las consecuencias sociales son principalmente el aislamiento, el rendimiento académico y laboral...