Científicos de la Universidad de Stanford han llevado a cabo un voluminoso estudio, en el que establecen una asociación entre la terapia con iodo radiactivo en pacientes con cáncer de tiroides y la ulterior incidencia de melanoma y de otros tumores de piel no queratinocíticos. En el examen de casi ...
Científicos de la Universidad de Stanford han llevado a cabo un voluminoso estudio, en el que establecen una asociación entre la terapia con iodo radiactivo en pacientes con cáncer de tiroides y la ulterior incidencia de melanoma y de otros tumores de piel no queratinocíticos. En el examen de casi 175.000 pacientes pertenecientes a múltiples grupos étnicos, la tasa de incidencia estandarizada de tumores situados en la cabeza o el cuello fue manifiestamente mayor a la esperada, tanto al considerar estos dos tipos de tumores cutáneos por separado como juntos.
Eleni Linos, directora del estudio, afirma que el riesgo fue significativo sólo en el cáncer de tiroides primario de subtipo papilar tratado con cualquier tipo de radiación, si bien los otros tipos de este cáncer estuvieron poco representados en la muestra analizada, puntualiza la investigadora. Linos prosigue indicando que aunque estudios previos ya habían apuntado a la existencia de una relación de riesgo entre este tipo de cáncer de tiroides y el cáncer de piel, la evidencia acerca de la asociación entre exposición a la radiación y melanoma maligno era, hasta ahora, escasa.
No obstante, la científica enfatiza que la terapia con iodo radiactivo es el tratamiento estándar en el cáncer de tiroides, reduciendo la mortalidad específica por esta causa, así como la mortalidad por cualquier causa en estos pacientes. Consecuentemente, el riesgo ahora establecido no supera al beneficio ofrecido por la radioterapia, asegura Linos. La investigadora concluye indicando que los pacientes expuestos a este tratamiento deben ser sometidos a una cautelosa monitorización, ante la posible aparición de tumores de piel secundarios.