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Congreso SEEN: La contribución genética representa aproximadamente el 50 % del riesgo cardiovascular

Tener un elevado riesgo genético no es determinante, es probabilístico. Si bien, el perfil genético es algo que llevamos todos dentro y por eso se está trabajando en mejorar la predicción de riesgo cardiovascular analizándolo. Por otro lado, se recomienda hacer una intervención personalizada basada en la detección precoz de aterosclerosis.

18/10/2024

El 65º Congreso de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) abordó en su sesión número 12 la medicina de precisión en prevención cardiovascular y si estamos preparados para ella, con la moderación de Emilio Ortega (Barcelona) y Elías Delgado (Oviedo). Jaume Marrugat (Barcelona) expuso acerca de la genética como ...

El 65º Congreso de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) abordó en su sesión número 12 la medicina de precisión en prevención cardiovascular y si estamos preparados para ella, con la moderación de Emilio Ortega (Barcelona) y Elías Delgado (Oviedo).

Jaume Marrugat (Barcelona) expuso acerca de la genética como el primer factor de riesgo cardiovascular. Antes de nada, compartió la idea de que las enfermedades cardiovasculares existen desde el siglo pasado. Antes no se expresaban, porque la esperanza de vida era muy baja. Sólo seis de cada 100.000 personas se morían por un problema cardiovascular. Las enfermedades infecciosas fueron perdiendo terreno y las cardiovasculares aumentaron, en lo que es la transición del siglo XX. Ahora, la esperanza de vida está aumentando. La mortalidad está bajando, pero lentamente, en las últimas cinco décadas. El problema del infarto de miocardio está lejos de terminar, por lo que todo lo que se haga por prevenir es bienvenido.

Para hacer prevención primaria, se clasifica a la población en riesgo bajo, moderado o alto. A los primeros se les estimula estilos de vida saludables y peso adecuado. El 25 % de la población de 35 a 79 años está en riesgo moderado. En este grupo, se da el 37 % de casos incidentes de cardiopatía isquémica a diez años. Por lo que se esta planteando el reclasificarlos. En riesgo alto, se propone una intervención sobre factores de riesgo. Así, "un espacio para la mejora se encuentra en el riesgo cardiovascular personalizado, buscando cómo mejorar la clasificación con nuevos biomarcadores". El perfil genético es algo que llevamos todos dentro y por eso se está trabajando en mejorar la predicción de riesgo cardiovascular con lo genético. Señaló que "la contribución genética representa aproximadamente el 50 % del riesgo cardiovascular". Avisó de que tener un elevado riesgo genético no es determinante, es probabilístico.

Un GRS elevado conlleva un mayor beneficio del tratamiento con estatinas o antihipertensivo. Reducen un 50 % aproximadamente el riesgo. Igualmente, conlleva una mayor carga de aterosclerosis subclínica. El GRS, de esta manera, optimiza la interpretación del score de calcio intracoronario según la edad. Destacó que un PRS elevado de enfermedad coronaria precoz (H<55, M<65), es más prevalente que la hipercolesterolemia familiar. Por ende, el PRS es un nuevo factor etiológico de la enfermedad coronaria y la a determinación del PRS podría incluirse en la evaluación de los pacientes con EC precoz.

De la imagen vascular y la aterosclerosis es la enfermedad habló Sergio Martínez (Valencia). Un debate es si hay sobretratamiento de pacientes con colesterol LDL y si los hay infratratados. Defendió que "la prevención basada en la detección de aterosclerosis subclínica debería conducir a una reducción de los episodios coronarios". Hay que evaluar la presencia de aterosclerosis. Si se reduce los niveles de colesterol LDL, habrá una regresión de la placa.

Opinó que hay tiempo para actuar, cambiando el enfoque en la atención de la aterosclerosis y gracias al potencial de la imagen. Indicó que la cardiopatiaisquémica es una enfermedad crónica con un largo período de latencia, que se desarrolla de forma "predecible", desde la presencia de arteriosclerosis subclínica hasta la aparición del episodio coronario agudo. La detección de la aterosclerosis en fase subclínica es fundamental para poder intensificar el tratamiento el control de los factores de riesgo. Razonó que la presencia de aterosclerosis subclínica puede ser detectada usando técnicas de imagen ampliamente disponibles como son el score de calcio coronario, angioTAC coronario y la ecografía vascular (carotidea y femoral). En ese sentido, la detección de arteriosclerosis subclínica podría permitir el cambio desde la tradicional prevención primaria antes del desarrollo del episodio cardiovascular a la prevención primaria en sujetos con arteriosclerosis subclínica. Recomendó hacer una intervención personalizada basada en la detección precoz de aterosclerosis.

Entre sus conclusiones; la arteriosclerosis es una enfermedad heterogénea, tratable y potencialmente curable. Los sistemas tradicionales de estratificación de riesgo cardiovascular no son capaces de detectar adecuadamente el riesgo de desarrollar complicaciones cardiovasculares en un porcentaje considerable de pacientes. "La detección de la aterosclerosis en fase subclínica es fundamental para poder intensificar el tratamiento y el control de los factores de riesgo", manifestó. Remarcó que hay que tratar la enfermedad, no sólo los factores de riesgo. Igualmente, que hay que dar mayor importancia a las técnicas de imagen para detectar aterosclerosis y que son necesarios ensayos clínicos que confirmen la utilidad de la detección precoz.

Por último, Amanda Jiménez (Barcelona) abordó el tratamiento según la edad. Aseveró que hay que dar a cada edad lo que necesita. A su parecer, el grupo más olvidado es el de los más jóvenes, entre los 18 y los 40 años. A menor edad, mayor tiempo de exposición. Hay un período ciego. Lo más preocupante es que la infancia, la adolescencia y la juventud cuentan. Tienen su eco en el futuro, por lo que "se está perdiendo una oportunidad tremenda". Argumentó que la evidencia observacional es sólida. Los primeros años son cruciales. Lamentó que no hay guías ni ensayos al respecto, sólo algunas recomendaciones. Realzó que la realidad es que a este grupo de pacientes es a quien hay que tratar y es el que peor está. Los que tienen pacientes son los que peor IMC tienen. "Tratamos la mediana edad. Los extremos los dejamos fuera", avisó. Cuánto más joven, menos probabilidad de que alguien te recete una estatina. A partir de los 40, parece que todo va en bloque.

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