En el Congreso Nacional de Psiquiatría, se celebró una mesa especial en homenaje al gran pensador y psiquiatra Luis Martín-Santos, protagonizada por Germán Berrios, catedrático emérito de Epistemología Psiquiátrica de la Universidad de Cambridge, y por el Profesor Domingo Ródenas de Moya, experto en su obra. La mesa fue moderada por el Dr. Manuel Martín Carrasco, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental, quien ha guiado la reflexión sobre la profunda influencia de Martín-Santos en la psiquiatría y la literatura española.

Luis Martín-Santos (1924-1964) fue un psiquiatra, escritor y pensador español, considerado donostiarra por haber vivido y desarrollado gran parte de su carrera en San Sebastián. Reconocido tanto por su labor en psiquiatría como por su influencia en la literatura española, es una figura clave del pensamiento español del siglo XX.

En psiquiatría, Martín-Santos destacó por sus aportaciones innovadoras, como la introducción de la fenomenología, que vinculaba el estudio de los trastornos mentales con la filosofía existencialista, influenciado por pensadores como Karl Jaspers y Martin Heidegger. Dirigió el Sanatorio Psiquiátrico de San Sebastián y dejó una profunda huella en la comprensión del contexto histórico y cultural de las enfermedades mentales.

Durante el homenaje se profundizó en el andamiaje teórico que Martín-Santos desarrolló para explicar los procesos epistemológicos en Psiquiatría. Se concluyó que su contribución a la gnoseología psiquiátrica fue original y merece ser actualizada y difundida en el mundo académico del siglo XXI, resaltando su relevancia tanto en su tiempo como para las generaciones futuras de psiquiatras.

Como escritor, su novela Tiempo de silencio (1961) es una de las obras más importantes de la literatura española del siglo XX. Innovadora en su estilo, aborda las problemáticas sociales y existenciales de la España de la posguerra, integrando un enfoque crítico sobre la miseria moral y la marginación científica bajo la dictadura de Franco.

A pesar de su prematura muerte a los 39 años en un accidente de coche, su legado perdura tanto en la psiquiatría como en la literatura. Tiempo de silencio sigue siendo una obra de referencia, y su enfoque fenomenológico y existencial sobre el tratamiento de los pacientes mentales ha dejado una huella duradera en su campo.