La dispepsia funcional y el síndrome de intestino irritable son enfermedades crónicas cuyo manejo resulta, por lo general, complejo en Atención Primaria. Con una prevalencia de hasta el 40% y 15%, respectivamente, "son pacientes que no se curan, que vienen rebotados de otras consultas, ningún fármaco y alimento les sienta ...
La dispepsia funcional y el síndrome de intestino irritable son enfermedades crónicas cuyo manejo resulta, por lo general, complejo en Atención Primaria. Con una prevalencia de hasta el 40% y 15%, respectivamente, "son pacientes que no se curan, que vienen rebotados de otras consultas, ningún fármaco y alimento les sienta bien, creen que se han confundido en el diagnóstico, que pueden tener intolerancias, alergias, incluso, el sibo o un crecimiento excesivo de bacterias en el intestino", de acuerdo con la Dra. Noelia Fontanillas, especialista en medicina familiar y comunitaria y coordinadora del Grupo de Trabajo de Digestivo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).
La Dra. Fontanillas participó en la mesa `Una visión olímpica para vencer las dificultades de los trastornos digestivos funcionales´, bajo el patrocinio Schwabe Farma Ibérica, en el reciente 46º Congreso Nacional de SEMERGEN, celebrado, recientemente, en Bilbao. Uno de los objetivos de este encuentro, que logró abarrotar el auditorio del Bilbao Exhibition Centre, fue la presentación del documento de consulta rápida para médicos de Atención Primaria "Dispepsia funcional y síndrome del intestino irritable", dirigido a aportar un mayor conocimiento y seguridad para afrontar los principales retos que se les presentan a los médicos de familia a la hora de diagnosticar y tratar los trastornos digestivos funcionales.
Manejo de estas patologías en AP
De acuerdo con lo expuesto por la Dra. Fontanillas, la sintomatología de estas patologías es muy variada. Desde los síntomas crónicos o recurrentes de gravedad variable, como dolor y calambres abdominales, flatulencia, hinchazón y alteraciones en la frecuencia de la deposición; hasta las limitaciones en las relaciones sociales y la productividad laboral. Además, el estrés y las diferentes emociones pueden aumentar el riesgo de sufrir un TFD o agravar los síntomas, según describió.
Desde su punto de vista, puede resultar muy útil que el paciente elabore un diario de alimentos que refleje lo que come cada día. De esta manera, "objetivamos lo que le ocurre. Asimismo, ayuda a descartar posibles intolerancias o alergias, cuando repasamos ese diario al mes muchas veces el paciente se da cuenta de que, cuando no tiene ningún brote de síndrome intestinal irritable o de dispepsia, tolera mejor los lácteos o el gluten y sólo le sienta mal cuando está con el brote. Pero, además, al revisar lo que le pasa y qué alimentos le sientan mal, este paciente se va a sentir escuchado y ayudado por su médico".
Claves del abordaje terapéutico
A partir de ahí, Dra. Fontanillas se centró en el abordaje terapéutico práctico de los pacientes con dichos trastornos. "El abordaje terapéutico comienza cuando se explica al paciente en qué consiste su enfermedad, ayudarles a conocer qué les pasa, transmitirles la realidad de estas enfermedades que son crónicas y fluctuantes, teniendo en cuenta que el objetivo del tratamiento va a ser no la curación sino la mejoría de la sintomatología y, por ende, de la calidad de vida de los afectados".
"No hay un fármaco específico que vaya a mejorar cada síntoma, pero sí que tenemos múltiples herramientas y esto se lo tenemos que transmitir a los pacientes", recalcó. Además, "escuchar, explicar la enfermedad y tranquilizar, para disminuir la ansiedad y, por tanto, la sintomatología pero, para esto, hay que individualizar a cada paciente".
Entre todo el arsenal terapéutico para los trastornos digestivos funcionales, además de los clásicos procinéticos, neuromoduladores junto con la terapia psicológica individualizada para aquellos pacientes que tengan un gran componente de ansiedad, antiespasmódicos, laxantes y probióticos, entre otros, "tenemos una herramienta que también tiene gran utilidad y podemos utilizarla como primera línea que son los fitofármacos por su demostrada eficacia", subrayó la Dra. Fontanillas.
¿Qué fitofármacos son más eficaces?
Los fitofármacos son medicamentos y, como tales, están regulados por la Agencia Europea de Medicamentos y avalados por la Sociedad Científica Europea de Fitoterapia (ESCOP, por sus siglas en inglés), según concretó la Dra. Fontanillas.
En este caso, de acuerdo con su exposición, el uso del aceite esencial de menta piperita para el dolor abdominal del síndrome intestinal irritable y de la dispepsia funcional ha demostrado, durante años, que ejerce un efecto analgésico, ya que activa los receptores del frío que bloquean la transmisión del dolor y ejerce un efecto espasmolítico porque inhibe los canales del calcio en el músculo liso, con lo cual controla el dolor abdominal generalizado. Por otra parte, el aceite esencial de alcaravea reduce la tensión superficial del intestino, mejora la microbiota intestinal e inhibe selectivamente aquellas bacterias patógenas productoras de gas intestinal, contribuyendo a disminuir la hinchazón abdominal, la cantidad de gas intestinal y la sensación de plenitud postprandial.
Tal como explicó la Dra. Fontanillas, "se ha podido comprobar que la combinación de ambos aceites ejerce un efecto sinérgico aditivo, provocando una mayor reducción de la hipersensibilidad visceral y mejorando la distensión abdominal, el dolor epigástrico, el dolor abdominal generalizado, la hinchazón y la plenitud". A esta combinación se le llama Gastropan® (Menthacarin®), un medicamento de uso, establecido con la categoría máxima de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), seguro, eficaz, que se puede utilizar a corto y largo plazo.
En España, dicho fitofármaco ha comenzado a comercializarse este año. Su presentación en cápsulas blandas gastroresistentes facilita su administración, los pacientes lo aceptan mejor y además cubre más sintomatología. Cada cápsula contiene 90 miligramos de aceite de menta y 50 de alcaravea. La posología indicada es de dos veces al día, preferentemente, antes del desayuno y 30 minutos antes de las comidas.
Gastropan® (Menthacarin®) ha demostrado ser un medicamento que puede mejorar la calidad de vida y mejorar el bienestar de los pacientes. "Así se puede constatar en un metanálisis que se publicó en 2023, en el que se demuestra que, comparado con placebo, tras cuatro semanas de tratamiento disminuye la intensidad del dolor y se observa una mejoría de los síntomas globales", según datos aportados por esta especialista.
"La conclusión de los autores es que Gastropan® (Menthacarin®) es un fármaco eficaz y seguro para el tratamiento de la dispepsia funcional y el síndrome de intestino irritable, representando una buena opción para el control de la sintomatología de ambas enfermedades", concluyó la Dra. Fontanillas.
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Ficha ténica Gastropan®: https://cima.aemps.es/cima/dochtml/p/84901/P_84901.html
Ficha técnica Lasea®: https://cima.aemps.es/cima/dochtml/ft/84238/FT_84238.html