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Congreso SEMI: Es muy importante definir los criterios de ingreso en unidades de cuidados intermedios

El comanagement-asistencia compartida es un modelo (no uniforme) de colaboración entre un médico generalista (frecuentemente hospitalista) y un cirujano, donde se comparte la responsabilidad, autoridad (y contabilidad) de los cuidados médicos del paciente quirúrgico.

25/10/2024

Experiencias de hospitalismo y comanagement en España. A esto se dedicó, este viernes por la tarde, una sesión del 45 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), en Expomeloneras (Las Palomas, Gran Canaria); moderada por la Dra. Mª Arantzazu Álvarez-de Arcaya Vicente, del Servicio de Medicina Interna ...

Experiencias de hospitalismo y comanagement en España. A esto se dedicó, este viernes por la tarde, una sesión del 45 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), en Expomeloneras (Las Palomas, Gran Canaria); moderada por la Dra. Mª Arantzazu Álvarez-de Arcaya Vicente, del Servicio de Medicina Interna delHospital Clínico San Carlos (Madrid).

El Dr. Felipe Lucena Ramírez, del Servicio de Medicina Interna de Clínica Universitaria de Navarra (Pamplona), empezó por el caso clínico de un paciente de 80 años con EPOC severo, entre otras patologías, y preguntó dónde debe ingresar. UCI, planta, monitorización de Urgencias o un equipo responsable. Desarrolló el concepto de "cuidados intermedios" (UCIm), para el paciente potencialmente inestable que no tiene criterios de UCI. Al tener menos personal y menos infraestructura, pueden ser muy apropiadas y son una alternativa coste-efectiva e incrementarán las camas de los UCI para críticos. "Es muy importante tratar de definir los criterios de ingreso", afirmó. Contó la experiencia de su unidad, que comenzó a funcionar en 2006. Es una unidad abierta bajo régimen de co-manejo. El triaje y la responsabilidad del alta está a cargo de los hospitalistas. Se comparten recursos con la unidad coronaria y de ictus. El 83 % de los pacientes fue visto en forma de co-manejo. Se ofrece un cuidado proporcional a pacientes de alto riesgo. Hay mayor comodidad, por ser "un ambiente menos hostil". Una parte fundamental es que el avance de la medicina ha hecho que se tenga pacientes cada vez más mayores y con comorbilidades. Los hospitalistas en el cuidado intermedio permitirán un cuidado holístico, y se podrá expandir la investigación y la formación.

Después; el Dr. Diego Moreno Ramírez-Cardenas, del servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario y Politécnico La Fe (Valencia), definió que el comanagement-asistencia compartida es un modelo (no uniforme) de colaboración entre un médico generalista (frecuentemente hospitalista) y un cirujano, donde se comparte la responsabilidad, autoridad (y contabilidad) de los cuidados médicos del paciente quirúrgico. Se caracteriza por la variabilidad, de edad y comorbilidad, de complejidad. Hay una relación más formal: protocolos y expectativas negociadas, incluso por escrito. Es multidisciplinar. Intervienen enfermería, fisioterapia, trabajo social, etcétera. Hay una amplia capacidad de actuación y decisión, con órdenes médicas y consulta de otros especialistas a discreción. Un riesgo es que la responsabilidad compartida puede "fragmentar los cuidados y desenganchar al cirujano de los cuidados perioperatorios". En su centro, han ido siempre del brazo de anestesia. Defendió que es una metodología que se puede aplicar en cualquier momento.

Por último; la Dra. Cristina Villamor Jiménez, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínico San Carlos (Madrid), contó estrategias de minimizar el impacto de la cirugía. Puso como ejemplo a unos pacientes ficticios como el tenista Carlos Alcaraz y Joe Biden, presidente de Estados Unidos. Menos riesgo quirúrgico conllevaría el primero, pero "cada vez tenemos menos Alcaraz y más Biden, con comorbilidades, para operar". Los internistas valorarán riesgos como el cardiovascular, el más relevante para analizar. Las escalas ayudan a evaluar el riesgo preoperatorio y seguir algoritmos de decisión clínica, además de poder enfocarse en cuál es el principal problema del paciente a abordar previo a la cirugía para mejorar los resultados postoperatorios. Hay que valorar la fragilidad del paciente y el estado nutricional.

Sus conclusiones fueron que los internistas pueden evaluar y optimizar al paciente prequirúrgico complejo anticipándonos a riesgos postoperatorios. Además, las escalas de riesgo quirúrgico, nutricionales, de funcionalidad y fragilidad posibilitan medir el estado del paciente, transmitir la información entre profesionales y enfocarse en los problemas principales que presenta para actuar sobre ellos. "En un mundo 2.0 como el actual, todas estas herramientas las tenemos en la mano", terminó.

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