El equilibrio que va a asegurar la fluidez circulatoria de la sangre viene de la mano de la coagulación y fibrinolisis , "sin embargo, esta última parece ser el ´hermano pobre´ de la hemostasia", lamentó el Dr. José Antonio Páramo, de la Clínica Universidad de Navarra, y ex presidente de la Sociedad ...
El equilibrio que va a asegurar la fluidez circulatoria de la sangre viene de la mano de la coagulación y fibrinolisis , "sin embargo, esta última parece ser el ´hermano pobre´ de la hemostasia", lamentó el Dr. José Antonio Páramo, de la Clínica Universidad de Navarra, y ex presidente de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH), en el transcurso de su ponencia integrada en un simposio sobre laboratorio de hemostasia y trombosis, en el marco del 40º Congreso Nacional de la SETH, celebrado en Palma de Mallorca.
Bajo el título "fibrinólisis: la gran olvidada del laboratorio de hemostasia", el experto analizó la situación actual del manejo de la fibrinólisis en la trombofilia actual y ofreció las pautas para determinar las pruebas de laboratorio esenciales para la evaluación eficiente del sistema fibrinolítico.
Como recordó el Dr. Páramo, la importancia fisiopatológica de la fibrinolisis y su medición se resume en que los estados hipofibrinolíticos se asocian con trombosis mientras los hiperfibrinolíticos lo hacen con hemorragias.
Así, en situaciones de hemorragias graves, importantes o potencialmente fatales, como el shock, el trauma, la cirrosis, la insuficiencia renal, la menorragia y complicaciones obstétricas se produce una activación importante del sistema fibrinolítico (hiperfibrinolisis) que puede acarrear un pronóstico fatal para el paciente. Mientras la hipofibrinolisis faborece el desarrollo de trombosis, asociándose con patologías como la aterosclerosis, obesidad, diabetes, y dislipemia, entre otras.
La importancia de su medición
Sin embargo, a pesar de todo este conocimiento, el Dr. Páramo reconoció que "todavía no se dispone de una definición clara de la relevancia clínica de estos estados de hiper o hipofibrinolisis", lo que podría convertirse en uno de los factores por los que se hace tan difícil medirla, como planteó dicho experto.
A ello se añaden otras situaciones como la lentitud del proceso en comparación con el de la coagulación, y, por tanto, resulta difícil obtener un test que refleje de forma dinámica los cambios que se están produciendo, además de las opciones terapéuticas limitadas y una dificultad importante para la estandarización de técnicas. Como consecuencia, "en los laboratorios de hemostasia carecemos de marcadores fiables de fibrinolisis con utilidad de forma rutinaria", según subrayó, además de considerar necesario "poder disponer de métodos estandarizados para medir de una manera fiable la fibrinolisis de una manera global".
También consideró "una emergencia médica" monitorizar la fibrinolisis en el manejo del hemorragia, "es de gran utilidad en determinados escenarios clínicos como el hemorrágico", remarcó.
Otro aspecto que el Dr. Páramo consideró fundamental es el Dímeo D, "como resultado de tres enzimas como son la trombina, el factor 13 activado y la plasmina. Es un productor de trombina y de fibrinolisis". "Sigue siendo un parámetro de gran utilidad en nuestros laboratorios. Entre otras cosas, facilita el diagnóstico de la coagulación intravascular diseminada".
Renacimiento del sistema fibrinolítico
"Estamos ante un renacimiento del sistema fibrinolítico, un sistema lleno de misterios pero también oportunidades", indicó este experto. Lo más importante, a su juicio, es que juega un papel clave en diversos procesos clínicos, desde neurológicos hasta oncológicos, pasando por otros asociados a fertilidad y remodelado tisular.
"Todos los componentes del sistema fibrinolítico tienen algo que hacer en diversas patologías, pero, sobre todo, en el papel de la inmunidad e inflamación -tal como señaló- con las que mantiene una elevada interrelación", concluyó el Dr. Páramo.