Un encuentro con el experto de este sábado del 45 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), en Expomeloneras (Las Palomas, Gran Canaria), trató la perspectiva de género en cronicidad y pluripatología. Fue moderado por la Dra. Gloria Mª Alonso Claudio, del Servicio Medicina Interna del Hospital ...
Un encuentro con el experto de este sábado del 45 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), en Expomeloneras (Las Palomas, Gran Canaria), trató la perspectiva de género en cronicidad y pluripatología. Fue moderado por la Dra. Gloria Mª Alonso Claudio, del Servicio Medicina Interna del Hospital Universitario de Salamanca. "Es la persona que más sabe de perspectiva de género en nuestro país", aseguró de la ponente, que fue la Dra. Mª Teresa Ruiz Cantero, catedrática de la Universidad de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Alicante y miembro del CIBERESP (Alicante). "Le escuché decir que las mujeres no están bien representadas en los ensayos clínicos. Quise conocerla, le invitamos a la Universidad de Salamanca. Todos tenemos que saber de perspectiva de género", señaló. En 1994, ya hablaba de género. Ahora, a nadie le sorprende. Su misión es hacer que los médicos consigan diagnosticar y tratar mejor a las mujeres.
"Yo soy médica de profesión", subrayó. Citó un estudio de 1991 que identificaba que había un menor esfuerzo terapéutico en el manejo de la enfermedad coronaria en mujeres que en hombres, en el hospital de Maassachusetts. Supuso un boom en cuanto a cartas del editor, cuando se publicó. Se definió entonces el sesgo de género en la práctica profesional de la medicina como la diferencia en el tratamiento médico de hombres y mujeres, el impacto de cual puede ser positivo, negativo o neutro. Ya se está investigando bastante. Las consecuencias son pronósticos diferentes en morbilidad, mortalidad y desigualdades de género en salud. Durante años, se ha ido produciendo evidencia científica sobre la diferente manera de producirse en hombres y mujeres. 30 años después; "las enfermedades cardiovasculares permanecen menos estudiadas, reconocidas, diagnosticadas y tratadas en mujeres que en hombres". La caracterización cardiaca no se utiliza de forma óptima en el síndrome coronario agudo. La manera de conducirse el infarto en hombres es diferente que en mujeres. Suele darse en ellas microinfartos que no siempre son detectados por el electrocardiograma. No es un infarto atípico, sino típico de las mujeres.
Hizo hincapié en que los que enfatizaban que hay desigualdades de género en salud se encontraban solas, pero que el objetivo era mejorar las prácticas sanitarias. En 2021, Reino Unido desarrollo su primera estrategia de salud de las mujeres. Se lanzó una encuesta y las mujeres daban respuestas como las siguientes: "Sus síntomas no se tomaron en serio o se descartaron en el primer contacto con los médicos de cabecera y otros profesionales sanitarios"; "tuvieron que abogar insistentemente por sí mismas para obtener un diagnóstico, a menudo durante múltiples visitas, meses y años"; o, "si conseguían un diagnóstico, las oportunidades de debatir o hacer preguntas sobre las opciones de tratamiento eran limitadas y a menudo se ignoraban sus preferencias".
Se puede producir un sesgo, por ejemplo, cuando se iguala a hombres y mujeres en los tratamientos, cuando hay diferencias. La evidencia científica corre por un lago y la práctica profesional por otro. Asimismo, se pueden producir sesgos de género cuando se hacen diferentes a las mujeres y no lo son, como pueden ser las patologías del dolor. Los hombres son derivados al especialista antes que las mujeres. Señaló que "hay bastante conocimiento de muchas enfermedades cómo cursan de manera diferentes".
En el año 2020, en la investigación del cáncer sólo se notifica el sexo de las células utilizadas en el 36,5 % de los artículos publicados en las revistas: Cancer Cell, Molecular Cancer, Journal of Hematology & Oncology, Journal for InmunoTherapy of Cancer y Cancer Research.
En un estudio danés con datos de siete millones de hombres y mujeres, se concluyó que los diagnósticos se retrasan mucho más en las mujeres que en los hombres en al menos 700 enfermedades. En cáncer, las mujeres son diagnosticadas dos años y medio más tarde que los hombres. En diabetes, cuatro años y medio. Hay una excepción en osteoporosis. Por ende, "las estrategias nacionales deben considerar las diferencias entre ambos sexos en los síntomas y signos". Defendió que la perspectiva de género no sólo tiene interés en mejorar la salud de las mujeres, sino también la de los hombres.