En el marco del 75 Congreso Nacional de la SEORL-CCC, los doctores Juan Manuel Espinosa Sánchez y Maria del Mar Rey Berenguel, del Hospital Universitario Virgen de las Nieves en Granada, ofrecieron una ponencia sobre el `abordaje práctico del vértigo en la infancia y adolescencia´. Los trastornos vestibulares en la ...
En el marco del 75 Congreso Nacional de la SEORL-CCC, los doctores Juan Manuel Espinosa Sánchez y Maria del Mar Rey Berenguel, del Hospital Universitario Virgen de las Nieves en Granada, ofrecieron una ponencia sobre el `abordaje práctico del vértigo en la infancia y adolescencia´. Los trastornos vestibulares en la infancia, aunque menos comunes que en adultos, afectan el equilibrio y la orientación espacial de los niños y pueden interferir con su desarrollo motor y bienestar general. Estos trastornos se manifiestan en una variedad de formas, desde episodios de vértigo agudo y recurrente hasta mareo continuo o desequilibrio crónico. Por ello, es importante que se realicen pruebas funcionales vestibulares en el niño donde se produzca un diagnóstico diferencial que permita establecer el tratamiento.
La doctora María del Mar Rey Berenguel se centró en profundizar sobre el síndrome vestibular agudo que es cuando el paciente ha tenido un episodio único. En el caso de la neuritis vestibular, cursa igual que en los adultos exceptuando que, aunque es la más común en este grupo de edad, en niños es la menos frecuente (incidencia del 1-5%) y cuenta con un mejor pronóstico, casi un 100% de restitución completa. También en la infancia el tipo de vértigo VPPB es bastante infrecuente, según confirmó la especialista. Además, afirmó que "aunque no haya criterios diagnósticos definidos para los niños, es necesario diagnosticar y evidenciar de forma firme la reducción de la función del VOR".
Según la experta, en el caso de la cerebelitis aguda se trata de la causa más frecuente de ataxia aguda en la infancia, especialmente en niños menores de 6 años. Suele asociarse a antecedentes recientes de infección o vacunación, como varicela o hepatitis B. Clínicamente, los pacientes pueden presentar fiebre o febrícula, inestabilidad, cefalea, disartria, temblor, vómitos y en ocasiones alteración en el nivel de conciencia. La ataxia, característica principal, se acompaña de dismetría y suele coexistir con un nistagmo de origen central.
"En un niño con SVA, las señales de alerta incluyen otalgia, otorrea, cefalea persistente asociada a vómitos o que empeora con Valsalva, alteración del nivel de conciencia, alteraciones óculo-motoras que sugieren afectación central, nistagmo con características centrales, focalidad neurológica (especialmente ataxia troncular de grado 2-3) y antecedentes de traumatismo craneal", confirmó la experta.
Síndrome vestibular episódico y crónico
Por su parte, el doctor Juan Manuel Espinosa Sánchez se centró en el síndrome vestibular episódico en pediatría que se caracteriza por episodios recurrentes de vértigo recurrente, Al menos 5 episodios de síntomas vestibulares de intensidad moderada o severa, con una duración entre 1 minuto y 72 horas, o migraña y puede tener múltiples etiologías. "Entre las causas se incluyen el vértigo recurrente de la infancia, otitis media serosa recurrente, migraña vestibular infantil y vértigo o mareo ortostático de origen hemodinámico", afirmó. También son relevantes los cuadros funcionales y psicógenos, la enfermedad de Meniere, el vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB) y el vértigo posicional central (VPC). Otras causas incluyen ataxias episódicas, dehiscencia del canal semicircular superior (CSS), paroxismia vestibular, y epilepsia vestibular. Cada una de estas condiciones requiere un enfoque diagnóstico y terapéutico específico para abordar los episodios de inestabilidad y mejorar la calidad de vida del paciente pediátrico.
En el caso del síndrome vestibular crónico, este destaca por comprender cuadros de mareo e inestabilidad persistente que afectan significativamente la vida diaria y el desarrollo motor. Entre las causas comunes están la cinetosis y la cinetosis visualmente inducida, el mareo funcional o psicógeno, y el trastorno persistente de percepción postural (PPPD). La otitis media serosa crónica bilateral y las malformaciones del oído interno también pueden generar síntomas crónicos.
En líneas generales, el experto presentó algunas conclusiones sobre los trastornos vestibulares en pediatría destacando que el vértigo recurrente infantil (VRi) y la migraña vestibular infantil (MVi) son las causas más frecuentes de vértigo en esta población. "El VRi tiende a presentarse más en niños menores de 12 años, mientras que la MVi es más común entre adolescentes, especialmente en niñas", explicó el doctor. Además, el mareo funcional y psicógeno se observa con mayor frecuencia en este grupo demográfico.
El tratamiento de estas afecciones suele ser sintomático y se basa en medidas higiénico-dietéticas para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Asimismo, se enfatiza la importancia de evaluar la función vestibular en niños con hipoacusia neurosensorial (HNS) severa o profunda, incluso en casos donde la hipoacusia sea unilateral, para detectar posibles déficits vestibulares que podrían afectar su desarrollo motor y equilibrio.