Científicos de la Universidad de Massachusetts han descubierto que la pérdida de función del gen IRF2 reduce la expresión de prácticamente todos los componentes necesarios para generar moléculas de histocompatibilidad de clase I (MHC-I), las cuales son indispensables en la presentación de antígenos tumorales a los linfocitos T CD8+ citotóxicos. ...
Científicos de la Universidad de Massachusetts han descubierto que la pérdida de función del gen IRF2 reduce la expresión de prácticamente todos los componentes necesarios para generar moléculas de histocompatibilidad de clase I (MHC-I), las cuales son indispensables en la presentación de antígenos tumorales a los linfocitos T CD8+ citotóxicos. Este rasgo resultó ser común en un subconjunto de la mayoría de cánceres humanos, incluyendo el melanoma. En este último tipo de tumor se constató que los bajos niveles de MHC-I asociados a la deficiencia de IRF2 conducen a la resistencia del tumor a los inhibidores de los puntos de control inmunológico.
Ésta pudo ser revertida in vitro mediante los interferones-alfa o -gamma, como consecuencia del restablecimiento, al menos parcial, de la expresión de MHC-I, según afirma K. Rock, director del estudio. El investigador prosigue indicando que, en situaciones fisiológicas, la expresión de IRF2 es constitutiva, siendo estimulada sólo modestamente por los interferones. Sin embargo, éstos inducen robustamente la expresión del gen inducible IRF1, el cual ejecuta funciones similares a las de IRF2 sobre la expresión de MHC-I.
Dado que los interferones de tipo II son medicaciones ya autorizadas por múltiples autoridades sanitarias en otras indicaciones, su potencial como terapia auxiliar en regímenes inmunoterapéuticos en el melanoma debería ser estudiada en profundidad, señala Rock. Adicionalmente, los niveles de expresión de IRF2 en biopsias podrían ayudar a predecir la eficacia de los inhibidores de los puntos de control inmunológico en estos pacientes, concluye el científico.