La exposición a los nanoplásticos se consideran especialmente nociva para los seres humanos y el medio ambiente. Además de suponer un riesgo directo para la salud, también puede influir en el tratamiento de enfermedades, como ha demostrado, recientemente, un equipo de investigadores internacionales, coordinados desde la Universidad de Viena (Austria). Su ...
La exposición a los nanoplásticos se consideran especialmente nociva para los seres humanos y el medio ambiente. Además de suponer un riesgo directo para la salud, también puede influir en el tratamiento de enfermedades, como ha demostrado, recientemente, un equipo de investigadores internacionales, coordinados desde la Universidad de Viena (Austria). Su trabajo, publicado en "Scientific Reports", ha demostrado que las partículas de plástico no solo pueden afectar al efecto de los fármacos, sino que también pueden favorecer el desarrollo de bacterias resistentes a los antibióticos.
Para investigar cómo las partículas nanoplásticas, entendiendo por estas las que miden menos de 0,001 milímetros, interactúan con los antibióticos en el cuerpo y de qué manera, el equipo de investigación, dirigido por Lukas Kenner (MedUni Vienna), Barbara Kirchner (Universidad de Bonn) y Oldamur Hollóczki (Universidad de Debrecen), se centró en la tetraciclina (TC), un antibiótico de amplio espectro que se utiliza para tratar muchas infecciones bacterianas, como las de las vías respiratorias, la piel o los intestinos. En cuanto a los plásticos, la elección recayó en el polietileno (PE), el polipropileno (PP) y el poliestireno (PS), que son componentes omnipresentes en los materiales de embalaje, así como en el nailon 6,6 (N66), que se encuentra en muchos tejidos, como ropa, alfombras, fundas de sofá y cortinas.
Alteraciones por la presencia de contaminantes plásticos
Con la ayuda de complejos modelos informáticos, el equipo pudo demostrar que las partículas nanoplásticas pueden unirse a la tetraciclina y, por tanto, reducir la eficacia del antibiótico, a partir de un un enfoque químico y biológico molecular teórico para caracterizar cómo interactúa el TC con una variedad de nanoplásticos y para observar cómo la actividad biológica del fármaco se altera por la presencia de estos contaminantes plásticos.
"La unión fue especialmente fuerte en el caso del nailon", según Lukas Kenner, que hizo hincapié en un peligro que se subestima en gran medida en el interior de los edificios: La carga de micro y nanoplásticos es unas cinco veces mayor allí que en el exterior. El nailon es uno de los motivos, al desprenderse de los tejidos e introducirse en el organismo a través de la respiración. Además del nailon, el poliestireno que se une más fuertemente a la tetraciclina, podrían aumentar el riesgo de resistencia. "Nuestro hallazgo sobre la concentración local de antibióticos en la superficie de las partículas nanoplásticas es especialmente preocupante", agregó dicho experto.
"En un momento en el que la resistencia a los antibióticos se está convirtiendo en una amenaza cada vez mayor en todo el mundo, hay que estar muy pendientes de este tipo de interacciones", concluyó el prof. Kenner.