Los pacientes mayores tienen, por lo general, comorbilidades agudas o crónicas que provocan, clínicamente, el desafío de equilibrar el riesgo de la atención quirúrgica con las expectativas de calidad de vida de estas personas. En concreto, tras un ataque cardíaco, los adultos mayores se enfrentan a una amalgama de riesgos ...
Los pacientes mayores tienen, por lo general, comorbilidades agudas o crónicas que provocan, clínicamente, el desafío de equilibrar el riesgo de la atención quirúrgica con las expectativas de calidad de vida de estas personas. En concreto, tras un ataque cardíaco, los adultos mayores se enfrentan a una amalgama de riesgos y complicaciones potencialmente mortales máxime cuando han de someterse a cirugías no cardíacas electivas, pasado un tiempo desde el episodio cardiovascular.
Al respecto, investigadores de la Universidad de Rochester de Nueva York (EEUU) se han propuesto identificar la situación óptima para programar de forma segura procedimientos quirúrgicos adicionales en esta población de alto riesgo. El estudio proporciona un exhaustivo análisis para respaldar los cambios en las pautas de toma de decisiones basadas en datos con más de 20 años.
La mayoría de las muertes posoperatorias o complicaciones importantes ocurren durante los primeros 30 días de recuperación y los equipos perioperatorios trabajan para prevenirlas, analizando una variedad de factores de salud y estilo de vida. En linea con lo anterior, las pautas perioperatorias del Colegio Estadounidense de Cardiología y la Asociación Estadounidense del Corazón recomiendan esperar 60 días después de un ataque cardíaco antes de someterse a una cirugía no cardíaca electiva, basándose en un estudio de 500.000 pacientes realizado entre 1999 y 2004.
"Este nuevo análisis muestra una disminución del riesgo durante los primeros 90 días, para luego estabilizarse durante los siguientes 180 días", según explicó el Dr. Laurent Glance, autor principal y profesor de Anestesiología y Medicina Perioperatoria y Ciencias de la Salud Pública en el Centro Médico de la Universidad de Rochester (URMC). Por tanto, los autores del trabajo llegan a la conclusión de que retrasar la cirugía electiva no cardíaca después de un infarto agudo de miocardio reciente se asocia con mejores resultados.