Publicidad
Publicidad

Investigan cómo mantener el sistema inmunológico más joven para combatir enfermedades asociadas al envejecimiento

El deterioro de la inmunidad asociado con la edad se manifiesta en forma de desequilibrios en las células inmunitarias adaptativas e innatas, que se originan a partir del envejecimiento de las células madre que sustentan su regeneración. De ahí, el planteamiento de posibles intervenciones para retrasar el envejecimiento dirigidas a un subconjunto de células madre.

06/11/2024

Las células inmunitarias innatas actúan como la primera línea de defensa del organismo y movilizan un ataque rápido y general contra los gérmenes invasores. En el caso de los gérmenes que evaden las defensas inmunitarias innatas del organismo, la segunda línea de ataque está formada por células inmunitarias adaptativas, como ...

Las células inmunitarias innatas actúan como la primera línea de defensa del organismo y movilizan un ataque rápido y general contra los gérmenes invasores. En el caso de los gérmenes que evaden las defensas inmunitarias innatas del organismo, la segunda línea de ataque está formada por células inmunitarias adaptativas, como las células B y las células T, que se basan en su memoria de infecciones pasadas para elaborar una respuesta específica y dirigida. Un equilibrio saludable entre las células inmunitarias innatas y adaptativas es el sello distintivo de un sistema inmunitario joven y preparado ante la longevidad.

Sin embargo, cuando un pequeño subconjunto de células madre sanguíneas produce en exceso células inmunes innatas, se impulsa el envejecimiento del sistema inmunológico, contribuyendo a la enfermedad y, en última instancia, a acortar la esperanza de vida. Sobre ello pivota un reciente estudio realizado por la Facultad de Medicina de la Universidad del Sur de California (EEUU) y publicado en la revista ´Cellular & Molecular Inmunology´.

Los investigadores encontraron diferencias sorprendentes en cuanto a la velocidad con la que envejece el sistema inmunológico, incluso entre ratones de laboratorio con el mismo trasfondo genético criados en condiciones idénticas. A la avanzada edad de 30 meses, los ratones con envejecimiento retardado conservaban un equilibrio juvenil de células inmunitarias innatas y adaptativas. Sin embargo, los ratones con envejecimiento temprano mostraron un gran aumento de células inmunitarias innatas en relación con las células inmunitarias adaptativas.

"En la población humana de edad avanzada, el sistema inmunológico suele producir una sobreabundancia de células inmunitarias innatas, lo que puede contribuir a enfermedades como la leucemia mieloide y las deficiencias inmunitarias. Nuestro estudio sugiere cómo podemos promover un sistema inmunológico más joven para combatir estas enfermedades comunes del envejecimiento", indicó la prof. Anna Nogalska, científica principal y directora del laboratorio de Lu Lab.

En concreto, los científicos observaron que entre el 30 y 40 % de las células madre sanguíneas cambiaron drásticamente su preferencia por producir células inmunitarias innatas frente a adaptativas a medida que los ratones envejecían.

Entre los ancianos más tardíos, hubo un aumento en la actividad genética relacionada con la regulación de las células madre sanguíneas y la respuesta a señales externas, lo que podría mantener bajo control su producción de células inmunes innatas.

Cuando los científicos utilizaron CRISPR para editar estos genes, las células madre sanguíneas invirtieron su tendencia natural y produjeron más células inmunes innatas en lugar de células inmunes adaptativas, como en los ancianos más jóvenes.

Publicidad
Publicidad